Su misión salvadora la convierte en una heroína de la salud en nuestra comunidad. En honor a la «Semana Nacional de la Enfermería», presentamos la valerosa historia de Ana Moronta, residente del pueblo de Hempstead, quien que desde muy pequeña tuvo un llamado especial para ayudar a sanar a las personas, lo que le llevó años después a graduarse de enfermera y cuidar a los pacientes que requieren urgente atención médica en hospitales.
«Nací en los Estados Unidos y soy hija de padres hondureños. Trabajo en la sala de emergencias en el hospital Catholic Health en Long Island», nos dice Moronta, de 30 años, graduada del Molloy University en el 2019.
«Desde muy pequeña supe que quería trabajar en la área de medicina. Empecé trabajando como asistente a médico en el 2010, esa experiencia me encantó. Me gusta la adrenalina de la sala de emergencia y ayudar a los pacientes enfermos. Especialmente mi gente latina, muchos no hablan inglés entonces me da mucha satisfacción en saber que los puedo ayudar», comenta nuestra personaje destacada.
La enfermera Moronta lleva cuatro años laborando en el departamento de salud y el tiempo más duro para ella fue cuando el virus del COVID-19 llegó a impactarnos a todos. Esos duros momentos de la pandemia es una experiencia que jamás olvidará.
«Trabajé durante el Covid, y esa fue una experiencia muy fuerte en lo mental y emocional. Fue un tiempo muy duro en donde todos tuvimos mucho miedo porque en ese momento nadie sabía cómo tratar la enfermedad. Los proveedores de salud se arriesgaban para así poder sanar y curar a los pacientes. Y los enfermos estaban vulnerables por las reglas de aislamiento», recuerda Moronta.
«Fue una situación muy triste pero doy gracias a Dios que pudimos sobre pasar el Covid. Hoy día todavía estamos lidiando con esta enfermedad pero ya tenemos más información sobre el Coronavirus y ya sabes como tratarlo», indica.
Coronavirus y muertes
Cabe selalar que trabajando en la sala de emergencias la enfermera Moronta fue contagiada con el temido virus del COVID-19, pero en esa delicada circunstancia su único interés fue mejorarse pronto para volver a su trabajo e ir ayudar a sus pacientes, que para ella son los más necesitados.
«Lo más feo que vi fue ver a pacientes morir solos, sin sus familiares cerca de ellos. Muchos de los pacientes eran de mayor de edad entonces no tenían acceso al Facetime (videollamada), ellos necesitaban un abrazo, y la única persona que estába allí fui yo», menciona afligida.
«Eran pacientes mayores, solitos, todos necesitaban del calor humano, necesitaban un toque, y los familiares me pedían que los abrazara, ya que ellos no podían estar presentes con sus mayores», expresa Morante quien demostró valentía y profesionalismo al ponerse en la primera línea de batalla contra el coronavirus, como muchas de sus colegas y los doctores en Long Island.
Por este motivo Moronta se siente orgullosa de trabajar en un sala de emergencias y servir ayudando a los enfermos, muchos de ellos de origen hispano.
«Es una carrera muy difícil, doy gracias a Dios por mi familia, sin el apoyo de ellos no lo hubiese logrado, les doy muchas gracias», remarca.
«A los jóvenes le recomiendo esta carrera, pero que sobre todo luchen por sus sueños. Ahorita me encuentro estudiando una maestría en ciencias, sigo hacia adelante, hacia la meta, porque para atrás ni para coger impulso, enfatiza la destacada enfermera Ana Moronta.
La «Semana Nacional de la Enfermería» se celebra del 6 al 12 de mayo. El tema del «National Nurses Week» del 2023 es «Las enfermeras marcan la diferencia: en cualquier momento, en cualquier lugar, siempre». Una definición que honra el compromiso inquebrantable de las enfermeras con sus pacientes y el valor que brindan al equipo de atención médica.
