Dreamers dispuestos a jugarse el todo por el todo por DACA

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Los «soñadores», los jóvenes indocumentados beneficiarios del programa de Acción Diferida (DACA), se preparan para «jugarse el todo por el todo» en defensa de una iniciativa que cumple cinco años rodeada de incertidumbre.

«El DACA permitió a miles de jóvenes tener por primera vez una identificación, una licencia de conducir» y eso «te hace sentir más parte de tu comunidad, más americano», dijo a Efe Cesar Vargas, un «soñador» que ejerce como abogado de inmigración en Nueva York y es uno de los cofundadores de la Coalición del Acta Sueño.

Este 15 de agosto se cumple el quinto aniversario de la entrada en vigor del programa DACA, una medida de la administración de Barack Obama cuyo futuro no está asegurado, por lo que se prepara una masiva movilización a nivel nacional en su defensa.

Una coalición de fiscales estatales encabezados por Ken Paxton de Texas han dado un ultimátum a la presente administración de Donald Trump para que termine con el programa antes del 5 de septiembre o de lo contrario llevaran el caso a la justicia.

El mexicano Vargas, primer miembro de su familia en graduarse de una universidad, es un claro ejemplo de los beneficios que el DACA ha proporcionado a más de 800.000 jóvenes indocumentados.

El DACA protege de la deportación a jóvenes como Vargas a los que sus padres trajeron siendo unos niños a este país y que han crecido y se han educado en escuelas estadounidenses.

Les otorga un permiso de trabajo y un número de seguro social, lo que les ha permitido seguir estudiando, terminar carreras universitarias, comprar casas y establecer negocios propios.

«La lucha por obtener el DACA no fue nada fácil, fueron los mismos jóvenes que impulsaron este movimiento, fueron jóvenes indocumentados que querían hacer un cambio en su favor y el de sus familias», recuerda Vargas.

Este abogado afirma que en 2010 varias veces dejó de ir a la escuela para ir a Washington y hablar con senadores, algunas veces con pocos recursos para comprar comida o gasolina para los autos.

Algo que ha marcado el movimiento de los soñadores es el valor que han tenido para contar sus historias, poniendo un rostro humano al movimiento a favor de una reforma migratoria integral.

Para activistas como Vargas ahora más que nunca los jóvenes indocumentados deben de integrarse a los movimientos de lucha en sus comunidades y ejercer presión a sus representantes en Washington.

«Debemos enviar un claro mensaje de que seguimos en la lucha, estamos en la resistencia, no volveremos a vivir en las sombras», dijo a Efe Erika Andiola, reconocida activista «soñadora», quien fue una de las dirigentes de la campaña del senador Bernie Sanders cuando compitió por la candidatura demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos durante las pasadas elecciones del 2016.

El movimiento de los jóvenes «soñadores» es algo muy personal para Andiola, ya que ella su madre actualmente enfrenta un proceso de deportación.

«La verdad nunca me imaginé que cinco anos después de DACA llegaríamos a vivir este momento tan difícil como el que ahora estamos viviendo», dijo Andiola.

Indico que la comunidad inmigrante en general debe enfrentar esta nueva realidad y es el momento de organizarse y luchar y no esperar que otros lo hagan por ellos.

La activista calificó como pasos positivos las propuestas que se han presentado en las últimas semanas en el Congreso con vistas a dar un camino de legalización para los soñadores.

«Debemos enfrentar el peligro real de perder el DACA, debemos de enfocarnos para que no quiten el programa», dijo.

«Ahora nuestra responsabilidad protegernos unos a otros», enfatizó.

En Arizona, la lucha de los soñadores es de un doble frente, ya que no solo deben preocuparse por el futuro del programa de DACA, sino por mantener beneficios como tener una licencia de conducir y pagar matrículas como residentes en universidades y colegios comunitarios en una lucha legal en contra del estado.

«Sabemos que pasar una legislación a nivel federal no es nada fácil, por eso tenemos ahora el DACA, pero hay esperanzas, vemos más jóvenes a temprana edad teniendo conciencia social para seguir en la lucha», dijo a Efe Dulce Matuz, activista «soñadora» de Arizona y quien en el 2012 fuera nombrada como una de las personalidades del año por la revista Time.

No se «puede dar marcha atrás», subrayó.