Nueva norma restringe el acceso al asilo tras cancelación del Título 42

Nueva norma restringe el acceso al asilo tras cancelación del Título 42
Un agente de la Patrulla Fronteriza (i) y uno del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (d) revisan los papeles de una inmigrante hispana, en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas (EEUU). Foto: EFE/Jorge Fuentelsaz

El Gobierno de Estados Unidos promulgó una nueva norma que restringe el acceso al asilo en la frontera con México y sustituye al Título 42, una regla de la administración Trump que permitía las devoluciones en caliente (expeditiva) de inmigrantes amparándose en una posible expansión del coronavirus.

La norma, publicada este miércoles en el registro federal, califica como «no aptos» para solicitar asilo a los inmigrantes que crucen de manera irregular la frontera y que no hayan pedido protección en un tercer país durante su travesía hacia EE.UU., explicaron funcionarios del Gobierno en una llamada con reporteros.

Esta nueva restricción forma parte de las medidas que rigen la frontera entre México y EE.UU. desde este jueves, cuando se levanta el Título 42, por el que han sido expulsados hasta 2,5 millones de inmigrantes en los últimos tres años.

 

Aplicación CBP One

 

A partir de ahora, la principal vía legal para solicitar asilo en Estados Unidos es a través de la aplicación móvil CBP One, que permite a los inmigrantes concertar citas con las autoridades para exponer sus casos.

EE.UU. ofrecerá unas 1.000 citas diarias para solicitar asilo a través de este procedimiento, una cifra que, según contaron los funcionarios públicos, podrá incrementarse «dependiendo de la capacidad» de los trabajadores del servicio de Inmigración.

Quienes no se acojan a este proceso y decidan cruzar la frontera de manera irregular serán declarados no aptos para pedir asilo en EE.UU., a menos que se les haya negado anteriormente en un tercer país o que demuestren haber encontrado a barreras tecnológicas o de lenguaje para acceder a la aplicación.

Las personas que sean calificadas como no aptas para solicitar asilo podrán ser deportadas, se les prohibirá la entrada a EE.UU. durante 5 años y podrán enfrentarse a cargos penales si intentan entrar nuevamente a EE.UU., según explicaron los funcionarios.

De hecho, también detallaron que EE.UU. incrementó el número de vuelos de deportación a países de la región y también llegó a un acuerdo con México para que el país vecino reciba hasta 30.000 inmigrantes de Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba deportados al mes.

Por su parte, las personas que sean arrestadas cruzando la frontera y a las que se le dé la oportunidad de presentar su caso de asilo, a través de una entrevista de «miedo creíble», deberán hacerlo mientras estén en detención.

«Hemos contratado y tendremos listos para desplegar a unos 1.000 funcionarios de asilo para llevar a cabo las entrevistas de miedo creíble en la frontera a partir del jueves», explicó otro de los funcionarios públicos.

Como parte del refuerzo de personal, el Gobierno estadounidense también desplegará unos 24.000 «oficiales del orden» en la frontera, además de unos 400 «voluntarios».

Varias organizaciones no gubernamentales, como Human Rights Watch, criticaron duramente la norma promulgada por la Administración Biden cuando se encontraba en la fase de comentarios públicos definiéndola como una «violación de los derechos humanos y de la ley» internacional.

 

Miedo y esperanza

 

Cabe señalar que varios cientos de inmigrantes que habían cruzado irregularmente la frontera entre México y Estados Unidos en los últimos días se han entregado voluntariamente a la Patrulla Fronteriza de El Paso (Texas, EE. UU.) después de una tensa jornada de intimidación por parte de las autoridades y con la esperanza de recibir un trato justo.

Los inmigrantes, en su mayoría hombres venezolanos, esperan su turno mansamente en una larga fila pegados al muro del cuartel de la Patrulla Fronteriza que se levanta junto al puente Paso del Norte que une ambos países. Muchos de los inmigrantes venezolanos podrían recalar en Nueva York como punto final para esperar una solución a su pedido de asilo.

«Supuestamente aquí nos están facilitando la documentación», asegura Giomar, expolicía venezolano de 39 años, que dice que no tiene la documentación y que quiere hacer las cosas «por la forma legal».

Franco Zambrano, otro venezolano de 20 años asegura que se entregan porque quieren formalizar su situación. «Queremos tener los papeles americanos para poder transitar aquí en los Estados Unidos, queremos estar legalizados» comentó acompañado de unos compañeros de travesía con los que comparte las mismas esperanzas.

Por su parte, Yonaiqui González, también proveniente del país suramericano, insiste: «Nos dijeron que nos entregáramos, que nos viniéramos para acá, que nos están ayudando con los papeles para poder llegar a nuestro destino».

Sin embargo, nadie les puede garantizar eso y, tras la cancelación de parte de las autoridades estadounidenses del Título 42, una orden que permite la expulsión exprés del país por motivos sanitarios.

El día ha sido fue muy tenso: a primera hora de la mañana agentes de la Patrulla Fronteriza repartieron folletos sin sellos oficiales invitando a los inmigrantes a entregarse a las autoridades.

«Te conviene entregarte en la estación más cercana de la patrulla fronteriza», decía la nota que concluía asegurando que «en este lugar serás procesado por oficiales de CBP y puesto en la vía migratoria correcta».

Poco después, fuentes oficiales del Gobierno aseguraron que la Patrulla Fronteriza tenía previsto realizar una operación especial de detención de inmigrantes en El Paso para poder repatriar a quienes no puedan probar que fueron procesados y liberados.

Y finalmente, una treintena de agentes armados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y de la Patrulla Fronteriza se presentaron en los alrededores de la Iglesia el Sagrado Corazón de Jesús, donde acampaba un millar de inmigrantes, pidiendo la documentación e invitando a las personas que tenían los documentos en regla que se entregaran a las autoridades.

 

Táctica intimidatoria

 

En tanto, grupos de activistas denuncian una táctica intimidatoria de EE.UU. «Los agentes del ICE están muy cerca de la iglesia y para mí están violando lo que se llama la política de lugares sensibles, en donde no deberían estar haciendo actividades de ese tipo porque van a disuadir a personas a buscar refugio», aseguró el director de la ONG Border Network for Human Rights, Fernando García, que se encuentra en el lugar.

Para García, que graba con su teléfono móvil a los agentes, «hay una política muy clara de que ni iglesias ni clínicas ni escuelas están sujetas a este tipo de acciones y lo que estamos viendo es una presencia masiva de ellos».

«Yo creo que es una táctica intimidatoria. Están preparándose para lo que viene y lo que viene va a ser una política más dura de redada», agregó. Según García esto es el preludio de «acciones más directas» en los próximos días.

Asimismo, el activista cargó contra el gobierno del presidente Joe Biden, asegurando que «se prometió una política humana hacia la forntera, una política de reforma migratoria para fortalecer el sistema de asilo»

«Y lo que estamos viendo es una política dura muy similar a la del expresidente (Donald) Trump. mandar tropas en vez de asistencia humanitaria a la frontera, hacer este tipo de acciones con personas que vienen buscando la protección», agregó antes de concluir que las únicas opciones que ofrece el Gobierno es «la intimidación y la deportación».