El lunes por la tarde, los trabajadores en la pista 19 del campo de Floyd Bennett Field aún estaban dando los últimos toques a la ciudad de carpas más nueva, que se espera que acoja a unas 500 familias en los próximos días a medida que los recursos de Nueva York escasean.
Oficialmente conocidos como Centros de Respuesta y Socorro de Emergencia Humanitaria (HERRC, por sus siglas en inglés), este último esfuerzo de Brooklyn para dar cabida al flujo de personas que llegan en autobús a la Gran Manzana es significativamente diferente de sus contrapartes en Randall’s Island y Queens, ya que esta vez alberga a familias y no solo a hombres solteros. En lugar de filas de camas bajas, grupos de camas temporales se encuentran dentro de divisores con puertas conocidos como «pods» (cápsulas).
Según funcionarios de la ciudad, estas modestas habitaciones se pueden cerrar con llave y contarán con una lámpara y varios enchufes eléctricos.
Estas «cápsulas», de solo unos pies de ancho, tienen espacio suficiente para las camas y un pequeño espacio para caminar. Sin embargo, al igual que otros lugares similares, las instalaciones también contarán con una cocina y comedor las 24 horas, baños y un centro de llegada donde las personas son examinadas y se les proporciona vacunas y atención médica. Además, se colocarán guardias de seguridad en el lugar para garantizar que personas no autorizadas no tengan acceso al HERRC.
Todo esto se construye en una pista de aterrizaje del campo de Marine Park, a una distancia en automóvil de las tiendas y vecindarios, ya que la ciudad lucha por encontrar lugares adecuados para satisfacer las necesidades de miles de personas.
«Estamos haciendo lo mejor que podemos para encontrar lugares para la gente», dijo el Comisionado de Manejo de Emergencias de la Ciudad de Nueva York, Zachary Iscol. «Es una situación terrible. Es lo que es, ya estamos en más de un año en esta crisis humanitaria».
Según Iscol, la ciudad ha acogido a más de 130,000 personas desde abril de 2022, con unas 65,000 personas aún alojadas.
«Nos estamos quedando sin espacio y estamos haciendo todo lo posible para seguir la demanda», agregó Iscol.
A pesar de que los funcionarios de la ciudad han afirmado repetidamente que la ciudad está al límite y que está trabajando con una abrumadora cantidad de migrantes, las críticas aún se centran en el sitio de Floyd Bennett Field, en particular en preocupaciones sobre las inundaciones y su ubicación bastante remota. Aunque los funcionarios afirman que se establecerá un servicio de autobús para llevar a los pasajeros a autobuses de conexión, la gran distancia sigue siendo un factor para muchos.
El Defensor Público Jumaane Williams visitó el HERRC el lunes y comentó sobre la ubicación, diciendo: «La distancia es mala. Quiero decir, no hay forma de evitarlo».
Sin embargo, mientras Williams lo calificó como «no el mejor lugar», también dijo a amNewYork Metro que la ciudad «está haciendo lo mejor con una situación difícil». En un esfuerzo por mitigar la abrumadora presión sobre los cinco distritos, Williams también instó a la Gobernadora Kathy Hochul y al propio gobierno federal a dar un paso al frente y actuar.
«En primer lugar, necesitamos que la gobernadora reconozca el derecho a un refugio como un derecho estatal para ayudar a aliviar parte de la responsabilidad que recae en la Ciudad de Nueva York, y necesitamos que la Casa Blanca haga lo mismo para desviar algunos de estos autobuses y personas para que no vengan a la Ciudad de Nueva York. El problema más grande es la concentración de responsabilidad en la Ciudad de Nueva York. Podríamos cambiar eso», dijo Williams. «Ese parece ser el único punto en el que todos parecen estar de acuerdo: no podemos manejar esto solos».
Si bien el HERRC de Floyd Bennett Field comenzará a albergar a unas 500 personas esta semana, la población se limitará a 2,000. Se dice que quienes se queden en el campamento de carpas son recién llegados y no inmigrantes que ya han viajado a Nueva York. También se les dará un aviso que solo se les permitirá quedarse durante 60 días.
Para el Dr. Theodore Long, lugares como estos tratan de asegurar de que las familias estén seguras, sanas y no duerman en las calles.
«Estamos trabajando muy duro para evitar que las familias con niños tengan que dormir en la calle y me enorgullece decir que en la Ciudad de Nueva York, en comparación con otras ciudades, no hemos tenido a ninguna familia o niño durmiendo en la calle. Hemos construido sitios en parques, estacionamientos y ahora literalmente en una pista de aterrizaje de un aeropuerto».
