El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió al legislativo fondos federales para completar «la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos», en línea con sus promesas electorales, según dijo en su primer discurso ante la sesión conjunta del Congreso de su segundo mandato, en la noche del martes.
«He enviado al Congreso una solicitud de financiación detallada que explica exactamente cómo eliminaremos estas amenazas, protegeremos nuestra patria y completaremos la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, más grande incluso que la del actual poseedor del récord, Dwight D. Eisenhower (presidente de 1953 a 1961)», aseguró Trump.
Trump definió a Eisenhower como «un hombre moderado, pero alguien que creía firmemente en las fronteras», y aseguró que los estadounidenses esperan que el Congreso autorice los fondos «sin demora» para que pueda promulgar una ley al respecto.
Según denunció, «los medios de comunicación» y «el Partido Demócrata» continúan diciendo que se necesitaba una nueva legislación para asegurar la frontera, pero afirmó: «Lo único que realmente necesitábamos era un nuevo presidente».
En su primer mes de regreso a la Casa Blanca, Trump ha aprobado la deportación de unos 37.660 inmigrantes irregulares, menos que la media mensual de devoluciones bajo el Ejecutivo de su predecesor, Joe Biden, aunque se espera que el volumen de estos operativos crezca en los próximos en línea con su promesa de reforzar la seguridad fronteriza.
A su vez, y a la espera de cifras oficiales del Departamento de Seguridad Nacional, el despliegue de militares estadounidense en la frontera con México parece haber reducido de manera importante el número de detenciones de individuos en situación ilegal.
Asimismo, sacó pecho de su decisión de declarar la emergencia nacional en la frontera sur, así como al Ejército, «a las pocas horas de jurar el cargo».
«Como resultado, los cruces ilegales de la frontera el mes pasado fueron, con mucha diferencia, los más bajos jamás registrados», aseguró.
En el palco presidencial, donde estaba la primera dama, Melania Trump, se encontraba su ‘zar de la frontera’, Tom Homan, a quien agradeció su trabajo estas semanas. «Estamos logrando la gran liberación de América», concluyó.

Aranceles agresivos
Por otro lado, el presidente de EE.UU., Donald Trump, sacó pecho de sus primeras semanas de mandato, reivindicado los recortes en el gasto federal y su agresiva política arancelaria, en una bronca sesión en el Congreso, con constantes interrupciones y abucheos de la bancada demócrata.
Seis semanas después de regresar a la Casa Blanca, el líder republicano dio el primer discurso de su segundo mandato ante las dos cámaras del Congreso, que batió un récord histórico de duración de 1:42 horas.
«Estados Unidos ha regresado», arrancó un Trump triunfal, desatando la primera de las muchas ovaciones de apoyo de los republicanos, que ostentan la mayoría en el Congreso, le dedicaron a lo largo de la noche.
«Hemos logrado más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones logran en 4 u 8 años, y apenas estamos comenzando», reivindicó el republicano, quien tras su regreso al poder ha firmado un número inédito de órdenes ejecutivas y ha sido acusado por la oposición de saltarse con ello el poder del Congreso.
El mandatario presumió de la orden que rebautiza el golfo de México como golfo de América y de la que declara el inglés como idioma oficial de Estados Unidos.
Pero sobre todo, dedicó buena parte de su lista de logros a la guerra cultural conservadora, pues destacó el fin de las políticas de inclusión y diversidad en el Gobierno y el veto de las mujeres trans en competiciones deportivas femeninas.
En el palco de honor, además de la primera dama, Melania Trump, y otros invitados, destacaba la presencia del magnate Elon Musk, quien ha demostrado una enorme influencia en la Administración de Trump como encargado de llevar a cabo un recorte sin precedentes del gasto público.
El presidente le dijo al hombre más rico del mundo que lo está «haciendo muy bien» al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental, que cerró la histórica agencia de cooperación Usaid y capitanea un despido masivo de empleados federales.
«Los estadounidenses nos han dado un mandato para realizar un cambio audaz y profundo que abarque casi 100 años», afirmó el mandatario.
El republicano también dio señales de no querer dar marcha atrás en su guerra comercial, el mismo día en que aprobó la imposición de aranceles del 25 % contra México, Canadá y del 20 % a China, sus principales socios comerciales.
«Otros países han usado los aranceles contra nosotros durante décadas y ahora es nuestro turno de comenzar a usarlos contra otros países», afirmó Trump, quien recordó que el 2 de abril se pondrán en marcha «aranceles recíprocos» contra sectores y países que graven a los productos estadounidenses.
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