Este artículo ha sido elaborado por Timothy Bolger, Ben Brachfeld, Jada Camille, Aidan Graham, Carlotta Mohamed, Dean Moses, Bill Parry, Aliya Schneider, Robbie Sequeira y Ethan Stark-Miller. Ha sido editado por Christian Murray y Robert Pozarycki.
Los neoyorquinos están siendo testigos de un enfrentamiento estilo Póquer de la Serie Mundial donde diez grandes nombres del sector inmobiliario y del juego, pujan por tres codiciadas licencias de casino.
Los grandes apostadores pujan por tres licencias que permiten el juego de mesa estilo Las Vegas; los permisos se autorizaron el año pasado para la parte baja del estado de Nueva York, que abarca los cinco condados, Long Island y el condado de Westchester.
La autorización se produjo casi 10 años después de que los votantes aprobaran la legalización de los casinos en un referéndum estatal, que abrió la puerta a siete casinos en el estado de Nueva York. Ya se han concedido cuatro licencias a operadores del norte del estado.
Hay al menos 10 ofertas para obtener una licencia en el sur del estado de Nueva York, con propuestas que van desde un casino tipo Montecarlo hasta un megaproyecto que incluiría una rueda de la fortuna y un museo.
Los reguladores estatales del juego, que supervisan el proceso, han dicho que es probable que las licencias se concedan «como muy pronto a finales de 2023».
Cuatro de las propuestas anunciadas hasta ahora están en Manhattan, dos en Queens, una en Brooklyn y otra en El Bronx. Otras dos propuestas proceden de las afueras, una de Westchester y otra de Long Island.
Poniendo grandes apuestas en el tablero
Como una exclusiva partida de Texas Hold’em, el proceso se ha reservado a los más adinerados, que necesitan más de 1.000 millones de dólares para ser candidatos. La apuesta para solicitar la licencia es de un millón de dólares, y los adjudicatarios deben pagar 500 millones por adelantado y al menos 500 millones como parte de un plan de desarrollo. Las licencias serán válidas durante un mínimo de 10 años y un máximo de 30 años.
Los ganadores serán seleccionados por una Junta de Localización de Instalaciones de Juego formada por tres personas, que a su vez hará recomendaciones a la Comisión de Juego del Estado.
Los promotores, sin embargo, deben ganarse primero el apoyo de la comunidad local donde se propone su plan.
Cada proyecto debe ser revisado por un grupo local -conocido como Comité Consultivo Comunitario- que debe dar su visto bueno. Cada comité está formado por seis personas: con el gobernador, el alcalde, el senador local del estado, el miembro local de la asamblea del estado, el presidente del municipio y el miembro local del consejo municipal, nombrando cada uno a un representante.
Su función es evaluar el interés de la comunidad y hacer una recomendación. Al menos cuatro de los seis miembros del comité deben aprobar el plan para que siga adelante.
Los solicitantes también deben cumplir todos los requisitos medioambientales y de zonificación antes de que sus planes sean revisados por la Junta de Ubicación de Instalaciones de Juego.
Dos de las 10 propuestas proceden de hipódromos, empresas que operan hipódromos con máquinas tragamonedas de vídeo. Según los conocedores del sector, ambos hipódromos son los favoritos para obtener la licencia completa de juego.
Uno es Resorts World New York City, en Queens, en el hipódromo de Aqueduct, y el otro es el Empire City Casino de MGM, en el hipódromo de Yonkers.
¿Monte Carlo en Manhattan?
Las propuestas de Manhattan están llenas de brillo y glamour.
El plan de Times Square consiste en remodelar el 1515 de Broadway, un rascacielos de oficinas situado en el corazón de Times Square, junto a la calle 44 Oeste, que cuenta con un teatro de Broadway en la planta baja. El casino se ubicaría en el edificio, que también incluiría un hotel y restaurantes.
La propuesta de Saks Fifth Avenue también prevé la transformación de un edificio existente.
El plan, presentado por Hudson’s Bay Company, propietaria de Saks Fifth Avenue, consiste en convertir las tres plantas superiores de la tienda de Midtown en un casino de alta gama. El objetivo de la empresa es crear un casino al estilo de Montecarlo que atraiga a turistas adinerados de todo el mundo.
The Related Companies, un gigante inmobiliario de Nueva York, junto con Wynn Resorts, pretende construir un casino desde cero en una zona no urbanizada de Hudson Yards, situada en el extremo oeste de Manhattan.
El casino sería de lujo y formaría parte del distrito de nueva creación que han desarrollado las Related Companies y que consta de torres de oficinas, tiendas de alta gama y apartamentos de lujo.
La propuesta de Midtown East, que también implicaría la construcción de una nueva urbanización, está liderada por el multimillonario inmobiliario Stefan Soloviev y la tribu Mohegan, y prevé la construcción de una enorme rueda de la fortuna, un hotel de 1.200 habitaciones, unos 1.500 apartamentos y un casino subterráneo, todo ello justo al sur de la sede de las Naciones Unidas.
Según Soloviev, el proyecto se denominará «Plaza de la Libertad» e incluirá la construcción de un museo dedicado a la democracia.
Competencia entre condados
Han llegado varias propuestas de licencia fuera de Manhattan.
Steve Cohen, el multimillonario propietario de los Mets de Nueva York, ha planteado la posibilidad de construir un casino como parte de un complejo de ocio en el aparcamiento asfaltado de 50 acres junto al Citi Field.
También se baraja un sitio en El Bronx.
Bally’s, una gran empresa de juego que opera en Atlantic City, quiere construir un casino en Trump Golf Links, en Throggs Neck.
Y para no quedarse atrás, hay un proyecto en Brooklyn.
Thor Equities, una empresa de inversión inmobiliaria, se ha asociado con Saratoga Casino Holdings y la Nación Chickasaw para construir un casino en Coney Island.
Otra propuesta incluye un emplazamiento en Long Island.
Las Vegas Sands ha propuesto convertir el Nassau Veterans Memorial Coliseum de Uniondale en un casino.
La propuesta de Sands se presenta como un proyecto multimillonario de hostelería, entretenimiento y casino, que incluiría espacios comunitarios al aire libre, habitaciones de hotel de cuatro y cinco estrellas y una locación de espectáculos de talla mundial.
Reacción de los grupos locales
Varias de las propuestas ya han sido objeto de rechazo desde su anuncio, y sin el apoyo de la comunidad los planes no irán a ninguna parte. Los promotores deben obtener la aprobación de sus respectivos consejos consultivos comunitarios, así como las autorizaciones urbanísticas y medioambientales, para poder competir.
La propuesta de Times Square tiene sus detractores.
La Broadway League, asociación que representa a los propietarios y productores de teatros, sostiene que un casino perjudicaría al bullicioso distrito.
La Junta Comunitaria 5 de Manhattan también ha emitido una resolución oponiéndose a un casino en Times Square.
Sin embargo, sus partidarios afirman que mejoraría la seguridad pública y revitalizaría la zona.
Mientras tanto, la propuesta de Saks Fifth Avenue también tiene detractores, ya que la junta comunitaria local se ha manifestado en contra de un casino en la zona por temor a que pueda perjudicar a los negocios locales, según informes publicados. Además, el edificio está situado junto a la catedral de San Patricio, que es un centro para turistas y católicos locales.
La propuesta del Citi Field también ha suscitado críticas, con grupos cívicos que sostienen que no se debería permitir a Cohen construir en terrenos públicos.
Las propuestas de Brooklyn y El Bronx también han suscitado reacciones mixtas. En una reciente reunión comunitaria sobre la propuesta de Coney Island, muchos residentes se mostraron escépticos ante la idea, aunque afirmaron que estarían dispuestos a aceptarla si los promotores ofrecieran beneficios a la comunidad, como la revitalización del paseo marítimo y la financiación de escuelas.
El proyecto del Bronx ha recibido el apoyo de las autoridades locales, aunque hay residentes que se oponen argumentando que los casinos perjudican a los pobres, los ancianos y las personas con menos estudios.
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