Reto Salud: Recetas hispanas como medicina para transformar la salud de los latinos en Nueva York

Reto Salud
Reto Salud a Base de Plantas es una iniciativa de Plant Powered Metro New York (PPMNY) que combina educación, cocina práctica, mentoría y apoyo comunitario para invitar a los participantes a transformar su salud a través de la alimentaciónvvvvv.
Cortesía de PPMNY

En comunidades latinas de la ciudad de Nueva York, las enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y las cardiopatías afectan de manera desproporcionada a miles de familias. Frente a esta realidad, un programa comunitario en español busca demostrar que la solución puede estar en el mismo plato de comida.

Se trata de Reto Salud a Base de Plantas, una iniciativa de Plant Powered Metro New York (PPMNY) que combina educación, cocina práctica, mentoría y apoyo comunitario para invitar a los participantes a transformar su salud a través de la alimentación. El próximo reto arranca el 3 de octubre con sesiones virtuales y presenciales.

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Cortesía de PPMNY

Una experiencia cultural y de salud

“Reto Salud es un programa comunitario en español que invita a las personas a experimentar una alimentación basada en plantas durante 14 a 21 días. La gran diferencia es que no se trata solo de aprender teoría o seguir un menú; es una experiencia completa que conecta con nuestra cultura”, explica Aifra Ruiz, organizadora de Empoderamiento de la Salud Hispana de PPMNY y fundadora de Healthy con Plantas.

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Aifra Ruiz, organizadora de Empoderamiento de la Salud Hispana de PPMNY y fundadora de Healthy con Plantas.Cortesía de PPMNY

Ruiz aclara que no es una dieta pasajera, sino una invitación a descubrir cómo los alimentos pueden convertirse en medicina sin perder el sabor ni las tradiciones.

Un ejemplo es la popular “bandera dominicana”. Ruiz cuenta que, en el programa, se mantiene la base nutritiva de arroz y habichuelas, pero se reemplaza la carne por “carnitas” de setas, bistec de tofu o lentejas guisadas, siempre sazonadas con sofrito criollo. “El resultado conserva el mismo sabor casero y la misma experiencia cultural, pero con un impacto positivo en la salud”, asegura.

El reto dura entre 10 y 21 días, tiempo suficiente para que los participantes noten cambios. “Los más comunes son mayor energía, mejor digestión, pérdida de peso, reducción del colesterol y de la presión arterial, además de una piel más luminosa. Muchas personas nos dicen que duermen mejor, que tienen menos inflamación y que se sienten más livianas”, detalla Ruiz.

Aunque el periodo es corto, el cuerpo responde rápidamente cuando recibe alimentos ricos en fibra, antioxidantes y nutrientes naturales.

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Cortesía de PPMNY

Salud accesible para todos

Uno de los objetivos centrales del programa es que la alimentación saludable sea alcanzable sin importar el presupuesto. “Sabemos que la economía es una preocupación real, por eso enseñamos a cocinar con ingredientes básicos y accesibles como arroz integral, frijoles, avena, verduras de estación y frutas locales. También ofrecemos becas, materiales gratuitos y clases comunitarias”, explica Ruiz.

El mensaje es claro: comer saludable no tiene que ser caro, y una dieta a base de plantas puede resultar incluso más económica que la tradicional.

Si bien el corazón del reto es la nutrición, Reto Salud incluye componentes de salud integral. “Entendemos que la salud va más allá de lo que comemos. Por eso alentamos a caminar, practicar ejercicios suaves o disfrutar de una clase de zumba durante el reto. También incluimos sesiones sobre alimentación consciente, mindfulness y manejo del estrés”, afirma Ruiz.

La comunidad juega un papel esencial. Los participantes se apoyan mutuamente a través de grupos de WhatsApp, donde comparten fotos de sus platos, caminatas y logros diarios. “Ese intercambio genera motivación y una red de apoyo real, porque nadie recorre este camino solo”, dice Ruiz.

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Cortesía de PPMNY

Sabor que sorprende

El temor a perder el sabor latino desaparece rápidamente. “La reacción más común es de sorpresa y alegría. Cuando prueban un sancocho con más vegetales, un mangú con aguacate y habichuelas guisadas sin aceite, o tacos con frijoles y nopales, se dan cuenta de que el sabor está intacto. Entonces dicen: ‘¡Esto sí lo puedo hacer!’”, comparte Ruiz con entusiasmo.

Ese descubrimiento marca la transformación: la cultura no se pierde, se gana salud.

Ruiz recuerda especialmente a una familia que se unió al reto de 21 días. “Ya habían hecho pequeños cambios en casa, pero al vivir la experiencia juntos, notaron mejoras en sus indicadores de salud y, lo más bonito, empezaron a disfrutar del proceso como un equipo”, relata.

La complicidad de salud los llevó a cocinar, caminar y motivarse mutuamente. “Al ver que los cambios eran sostenibles, comenzaron a compartir el mensaje con sus amigos, familiares, su iglesia y su comunidad. Eso es lo más poderoso: sembramos la semilla y las personas mismas multiplican el mensaje”, afirma Ruiz.

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Cortesía de PPMNY

Una visión de futuro

La misión de Aifra Ruiz es clara: llevar este conocimiento a cada familia hispana. “Mi visión es que cada familia latina tenga acceso a esta información y pueda sentirse orgullosa de que sus recetas sean medicina. Sueño con que llegue el día en que, cuando se hable de salud en la comunidad hispana, la primera respuesta sea: ‘Vamos a empezar con la comida’”, subraya.

Para quienes quieren iniciar pero sienten que es difícil o caro, Ruiz ofrece un consejo sencillo: “Empiecen con lo que ya tienen en casa. Un plato de arroz con frijoles, una ensalada de aguacate o una avena con frutas ya son comidas basadas en plantas. No están solos: existen programas, comunidades y recursos en español para acompañar este camino”.

El próximo Reto Salud a Base de Plantas comienza el 3 de octubre y ya abrió inscripciones en plantpoweredmetrony.org/reto-salud. El costo es de $150, con tarifas ajustadas según la situación económica de cada participante.

Quienes deseen más información podrán participar en una sesión virtual informativa gratuita el 17 de septiembre a las 7:00 p.m. (hora de Nueva York), donde se resolverán todas las preguntas de los interesados.

Más allá del precio, Ruiz insiste en el verdadero valor: “Comer más plantas no es un lujo, es un regalo para la salud y también para el bolsillo. Y lo mejor es que lo hacemos con sabor y con nuestra cultura en la mesa”.