¿Qué deben saber los pacientes con problemas cardíacos y de ataques cerebrales acerca de las vacunas contra el COVID-19?

¿Qué deben saber los pacientes con problemas cardíacos y de ataques cerebrales acerca de las vacunas contra el COVID-19?
La American Heart Association alienta a vacunarse «lo antes posible» a las personas con factores de riesgo cardiovascular, enfermedad cardíaca o antecedentes de ataque cardíaco o derrame cerebrovascular. (Foto: EFE/EPA/HOTLI SIMANJUNTAK)

Por: American Heart Association News
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Los especialistas tienen una respuesta sencilla para pacientes con problemas cardíacos y de ataques cerebrales que se preguntan si deben vacunarse contra el COVID-19. La respuesta es: Sí.

«Quien tenga cualquier factor de riesgo y enfermedad cardiovascular debe vacunarse para protegerse a sí mismo y a sus familiares contra el COVID-19», dijo el Dr. Mitchell Elkind, profesor de neurología y epidemiología del NewYork-Presbyterian Hospital/Columbia University Irving Medical Center, en Nueva York.

¿Qué deben saber los pacientes con problemas cardíacos y de ataques cerebrales acerca de las vacunas contra el COVID-19?

Las vacunas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) no presentan problemas especiales para ese tipo de pacientes, agregó Elkind, quien también es presidente de la American Heart Association.

La AHA emitió una declaración el viernes alentando a las personas con factores de riesgo cardiovascular, enfermedad cardíaca o antecedentes de ataque cardíaco o derrame cerebrovascular que se vacunen «lo antes posible».

El médico incluso indicó que es especialmente importante vacunarse en estos casos, debido a que las personas con padecimientos subyacentes, como las enfermedades cardíacas, tienen mayores probabilidades de desarrollar complicaciones al tener COVID-19, la enfermedad provocada por el coronavirus.

«Las personas con enfermedades cardíacas o ataques cerebrales, o con factores de riesgo de enfermedades cardíacas y ataques cerebrales, corren peligros mucho mayores por el virus que la vacuna», agregó.

Las vacunas tienen efectos secundarios, pero Elkind indicó que el riesgo de una complicación es extremadamente pequeño. «Lo más que puede suceder es salir con un brazo adolorido», dijo. «Yo mismo me vacuné con la primera dosis de la vacuna de Moderna y me dolió el brazo varios días, como si alguien me hubiera golpeado. No obstante, pude moverlo y levantarlo y no pasó a más».

Nadie debe sorprenderse si escucha que existen otras secuelas, dijo Orly Vardeny, profesora asociada de medicina en el Minneapolis VA Health Care System and University of Minnesota. Por ejemplo, en la aprobación de la FDA de la vacuna Pfizer-BioNTech, se menciona las siguientes reacciones comunes posibles: dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, dolor en las articulaciones y fiebre.

Vardeny, quien ha realizado investigaciones extensas sobre las vacunas contra la gripe, indicó que esas reacciones son señal de que el cuerpo está generando una respuesta inmunológica, «y eso es bueno. Es lo que queremos que suceda para que nuestro cuerpo produzca anticuerpos que prevendrán que nos enfermemos si nos topamos con el virus nuevamente».

 

Vacunas aprobadas en EEUU

 

Las vacunas aprobadas en Estados Unidos en estos momentos no contienen un virus vivo y eso disminuye las inquietudes para los pacientes de enfermedades cardíacas o las personas con un sistema inmunitario debilitado, indicó Vardeny.

Elkind mencionó que las vacunas también les podrían ser administradas sin peligro a quienes toman medicamentos anticoagulantes. «La aguja es pequeña. Para evitar moretones, las personas que tomen anticoagulantes solo deben presionar firmemente un par de minutos como si les hubieran sacado una muestra de sangre».

La vacuna contra el COVID-19 puede ocasionar una reacción alérgica grave en casos poco comunes, razón por la cual las personas deben ser monitoreadas después de ser inyectadas. Vardeny agregó que, debido a que la vacuna se está administrando a millones de personas, es posible que se detecten otros problemas excepcionales. «Creo que aprenderemos mucho más acerca de la tolerancia y las reacciones potenciales conforme la vacuna se vaya gestionando».

Hay cuestiones que aún no se pueden verificar. Por ejemplo, los ensayos en niños siguen en marcha, por lo cual todavía no se aprueba la vacuna para menores. Asimismo, las estadísticas para personas con padecimientos cardíacos congénitos aún son escasas.

Podría pasar tiempo antes de que todos tengan acceso a una vacuna contra COVID-19. Sin embargo, las personas se pueden proteger a sí mismas desde ahora vacunándose contra la gripe, enfatizaron Elkind y Vardeny. La vacuna contra gripe no protege contra COVID-19, pero sí reduce las probabilidades de desarrollar síntomas que se podrían confundir con esa enfermedad, obstaculizando así un diagnóstico. La inyección contra la gripe también ofrece protección para complicaciones de la gripe relacionadas con el corazón.

 

Información verídica sobre vacunas

 

Es importante vacunarse en el momento preciso. Las recomendaciones interinas del grupo sobre prácticas de vacunación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por siglas en inglés) indican que la vacuna contra la gripe no se debe administrar al mismo tiempo que la de COVID-19. «Debe haber una separación de 14 días», dijo Vardeny.

Hay mucha información incorrecta acerca de las vacunas. Eso significa que es esencial que las personas busquen fuentes confiables de información verídica. Vardeny agregó que las mejores autoridades al respecto son los proveedores de atención médica primaria, cardiólogos, farmacéuticos u otros profesionales médicos. «Ellos tendrán datos correctos y actualizados y podrán guiarlo hacia la información cierta».

Los CDC también actualizan su información sobre las vacunas de manera regular. Elkind agregó que a él le preguntan frecuentemente si las vacunas contra COVID-19 son seguras en vista de lo rápido que fueron desarrolladas. Es una inquietud particular en las comunidades de raza negra, añadió, las cuales tienen antecedentes históricos de haber sufrido experimentos médicos «trágicos e indebidos».

Las vacunas contra el COVID-19 llegaron casi dentro del mismo año de la pandemia, dijo, pero las investigaciones relacionadas con la tecnología subyacente se han efectuado durante más de una década. Eso significa que la gente puede ver la buena fortuna de contar con una vacuna en tan poco tiempo.

«Además, (muchas) personas ya fueron vacunadas y, hasta la fecha, no hay evidencia ninguna de efectos secundarios inesperados», dijo Elkind. «Creo que esas son buenas noticias para todos».