Inmigrantes sin antecedentes pagan hasta $20,000 para salir de ICE, pero aun así los obligan a usar grilletes electrónicos

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Inmigrantes arrestados por ICE contaron a amNewYork que, además de enfrentar intimidación y detención por parte de las autoridades federales, también se ven obligados a pagar miles de dólares para ser liberados con grilletes electrónicos con GPS. Foto de Dean Moses

La libertad, para algunos inmigrantes arrestados por agentes de ICE en Nueva York, literalmente no es gratis.

Nuestra publicación hermana, amNewYork, confirmó que varios de los detenidos por esta agencia federal deben pagar miles de dólares para ser liberados — y además usar dispositivos de rastreo, como si fueran criminales peligrosos, aunque no tengan ningún antecedente penal.

Un hombre ecuatoriano, que pidió mantener el anonimato mientras continúa su caso migratorio, mostró a amNewYork el monitor GPS ajustado a su tobillo, mientras permanecía al lado de su esposa, Gloria.

Esa “libertad parcial” le costó a la familia 20,000 dólares, a pesar de que el hombre no tiene historial criminal.

El esposo de Gloria llegó a Estados Unidos desde Ecuador en 2023. Pensando que cumplía con la ley, acudió a una cita migratoria en Malta, Nueva York. Pero en lugar de continuar su proceso, fue arrestado por ICE y enviado a un centro de detención en Batavia, donde pasó un mes.

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Un agente de ICE espera afuera de una sala del tribunal en el 26 de Federal Plaza, en Manhattan, el 1 de octubre de 2025.
Foto de Dean Moses

Después, las autoridades lo trasladaron por cinco estados hasta que Gloria logró reunir los 20,000 dólares necesarios para su liberación, gracias a donaciones de la comunidad. Sin embargo, su salida fue condicionada al uso constante de un grillete electrónico.

En el sistema de justicia penal estadounidense, ese tipo de medidas suele aplicarse solo a acusados de delitos graves, como miembros del crimen organizado. Gloria y su esposo no entienden por qué él —y otros inmigrantes en su situación— deben ser vigilados de esa manera.

“Yo no he matado a nadie para usar esto. Es incómodo. No estamos haciendo nada malo para tener este grillete. Nos costó tanto dinero; no entiendo por qué nos tratan así”, dijo el hombre, con lágrimas en los ojos.

Recordó además lo difícil que fue el proceso:

“El juez me dijo que regresara con las pruebas en 2027. Yo cumplí con todo, asistí a las audiencias, entregué los papeles y me dijeron que no servían. Nos daban comida, claro, porque hay que comer. Pero alguien que no ha hecho nada en este país no merece ese trato. Y la fianza fue demasiado alta.”

Una fianza desproporcionada para alguien sin antecedentes

La abogada de inmigración Nneka Jackson explicó que las fianzas son un procedimiento normal para asegurar que una persona regrese a corte. Sin embargo, montos tan altos como el de este caso son inusuales para alguien sin antecedentes. Según Jackson, muchos jueces están elevando las fianzas por temor a represalias del gobierno.

“Pagar una fianza es normal. Pero pagar 20,000 dólares sin tener historial criminal ni riesgo de fuga es excesivo”, dijo Jackson. “Muchos jueces temen perder su trabajo, así que imponen fianzas altas para no molestar a la administración.”

Gloria relató el calvario legal, emocional y financiero que vivió para liberar a su esposo. Tuvo que pedir ayuda a conocidos, pero muchos se negaron por miedo.

“Presentar una moción de fianza es difícil; necesitas muchos documentos. Y hoy en día, casi nadie quiere involucrarse. Algunos me decían: ‘No lo conozco, ¿y si pasa algo? Tengo que proteger a mi familia’”, contó.

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El hombre tomó la mano de su esposa y dijo que aún se sentía nervioso, con miedo de volver a ser detenido por ICE.
Foto de Dean Moses

Jackson agregó que, aunque las fianzas son habituales, el uso de grilletes electrónicos solo lo había visto durante la administración Trump.

“Antes de esta administración, ninguno de mis clientes tenía que usar monitores. Ahora muchos jueces los imponen para evitar que el Departamento de Seguridad Nacional apele la fianza”, explicó.

Durante la entrevista con amNewYork, el hombre ecuatoriano sostenía la mano de su esposa, visiblemente nervioso ante la posibilidad de volver a ser detenido por ICE. Miraba constantemente a su alrededor y habló con voz temblorosa.

“Tengo miedo de hablar porque mi caso sigue abierto. Solo confío en Dios. Él tiene la última palabra”, concluyó.