Enfermedades de Transmisión Sexual (STD) aumentan en la pandemia

Enfermedades de Transmisión Sexual (STD) aumentan en la pandemia
Los casos registrados de gonorrea y de sífilis primaria y secundaria, experimentaron un crecimiento preocupante en Estados Unidos. (Fotos: CDC)

Datos publicados por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) de Estados Unidos muestran que los casos registrados de Enfermedades de Transmisión Sexual (STD) disminuyeron drásticamente a nivel nacional durante los primeros meses de la pandemia del COVID-19 en el año 2020; sin embargo, para finales de ese mismo año, los casos registrados de gonorrea, sífilis y sífilis congénita superaron los niveles del 2019, lo que indica un aumento continuo de STD.

Al mismo tiempo, los departamentos locales de salud en todo el país se vieron obligados a limitar o cerrar sus servicios y a desviar el tiempo del personal y recursos para hacer frente a la pandemia que agrava una situación ya difícil, de acuerdo con la Asociación Nacional de Funcionarios de Salud del Condado y la Ciudad (National Association of County and City Health Officials, NACCHO) que representa cerca de 3,000 departamentos locales de la salud de la nación.

 

Gonorrea, Sífilis y Clamidia

 

A finales de 2020, los casos registrados de gonorrea y de sífilis primaria y secundaria aumentaron un 10% y un 7% respectivamente, en comparación con los casos de 2019. El mayor aumento registrado se observó en casos de sífilis congénita, casi un 15% más que en 2019, y 235% en solo cinco años (2016-2020), indica NACCHO.

Los casos registrados de clamidia disminuyeron un 13% desde 2019. Ya que históricamente la clamidia constituye la mayor proporción de STD registradas en EE.UU., el número total de STD registradas disminuyó (de más de 2.5 millones en 2019 a 2.4 millones en 2020).

Sin embargo, debido a que las infecciones por clamidia suelen ser asintomáticas y se identifican mediante pruebas de detección, es probable que la disminución de los casos registrados de clamidia sea por una disminución de los exámenes de detección de STD, y por la falta de diagnósticos durante la pandemia, en lugar de ser por una reducción del número de infecciones.

 

Escasez de tratamientos

 

El COVID-19 puso a prueba una infraestructura de salud pública que ya se estaba desmoronando. Debido a la pandemia, los recursos del programa de STD se desviaron para hacer frente al coronavirus, con el personal estatal y local de STD, laboratorios y otros recursos gravemente afectados.

Dentro de las jurisdicciones que recibieron financiamiento directo de los CDC para la prevención de STD, en abril de 2020 más de la mitad (51%) denunció escasez de kits de pruebas de STD y de tratamiento, y más de la mitad (53%) interrumpió el trabajo de campo de especialistas en intervención de enfermedades críticas durante la mayor parte de 2020.

El Informe de Campo de la NACCHO también muestra que la pandemia causó estragos en la prevención y atención de las infecciones de transmisión sexual (Sexually Transmitted Infections, STI) en todo el país, con clínicas de STI cerradas o funcionando a una capacidad limitada, mientras que las notificaciones a los socios tuvieron que realizarse virtualmente, y el alcance móvil para las pruebas tuvo que limitarse significativamente, si no es que todo se detuvo.

Adicionalmente, el personal fue redirigido para responder ante el COVID-19 que continúa desafiando significativamente la capacidad de los programas de STD del departamento de salud local.

 

Minorías afectadas

 

El Informe de los CDC también destacó que algunos grupos continúan viéndose afectados por las STD. Los factores sociales y económicos de larga data, como la pobreza y el estado del seguro de salud, crean barreras, aumentan las experiencias con riesgos de salud y a menudo conducen a peores resultados de salud para algunas personas, y el COVID-19 puso al descubierto este hecho.

Si bien las STD están aumentando en muchos grupos, los datos de STD de 2020 muestran que algunos grupos raciales y étnicos minoritarios, hombres homosexuales y bisexuales, y los jóvenes de nuestra nación continúan experimentando tasas más elevadas de STD, lo que ilustra que no se está ofreciendo acceso a la atención médica sexual de calidad a quienes la necesitan.

 

Prevención

 

Los CDC recomiendan priorizar y reorientar los esfuerzos para contener las tasas de infección. Defienden el apoyo en el terreno para los programas de prevención y vigilancia a nivel estatal y local (por ejemplo, investigación de enfermedades, rastreo de contactos, capacitación, compromiso comunitario y asociaciones).

Los CDC también hacen un llamado a los sistemas de salud locales, clínicas, y organizaciones comunitarias para reducir las tasas de STD, ya que se encuentran en una posición única para responder ante las tendencias emergentes de STD. Estos grupos pueden desempeñar un papel importante a la hora de promover la prevención de las STD a un nivel local y empoderar a las personas para que den prioridad a su salud sexual.

Los actores de la salud, la industria y el sector privado también tienen el papel y la responsabilidad de desarrollar y ofrecer nuevas innovaciones en cuanto a pruebas y tratamientos de STD.

Por último, los CDC señalan que los proveedores de atención médica pueden desempeñar un papel fundamental para reducir el estigma, al integrar la prevención de las STD y la salud sexual en su práctica habitual y al crear un entorno acogedor para todas las personas. Para obtener más información sobre la NACCHO, visite www.naccho.org .