Trabajadores de Make the Road NY denuncian despidos tras contrato sindical: “A la familia no se le trata así”

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Trabajadores de Make the Road New York y miembros de la comunidad se reúnen en Corona Plaza, Queens, para protestar contra despidos masivos y recortes laborales, apenas semanas después de firmar un contrato sindical histórico. 28 de mayo de 2025.
Foto Marcos de Paula

Apenas tres días después de que los trabajadores de Make the Road New York (MRNY) firmaran un contrato sindical histórico el 24 de marzo de 2025 —que prometía aumentos salariales y mejoras en las condiciones laborales— más de veinte empleados recibieron una noticia devastadora: serían despedidos. Otros quince vieron reducidas sus horas de trabajo, en lo que los propios trabajadores calificaron como una auténtica “masacre laboral”.

El anuncio desató una ola de indignación tanto dentro como fuera de la organización, especialmente entre líderes comunitarios con una larga trayectoria en la defensa de los derechos de los inmigrantes en Nueva York. Como respuesta, los trabajadores afectados organizaron una enérgica protesta el 28 de mayo en Corona Plaza, Queens.

“Yo no sé qué va a pasar ahora. No más Comité de Familia en Queens”, expresó con pesar Ruth López Martínez, quien ha liderado iniciativas comunitarias en MRNY desde 2009. “Hemos tenido dos o tres reuniones con ellos, con conversaciones que me parecieron barbaridad”, dijo, refiriéndose a los ejecutivos de MRNY, señalando que algunos de ellos ganan hasta $200,000 al año. «Son los que toman las decisiones sin compartir. Sin importarles la comunidad, nuestros hijos, y ustedes los trabajadores. Tenemos que hacer un trabajo para que esto no vuelva a ocurrir nunca más. Vamos a mantenernos unidos para que esto no siga ocurriendo”, concluyó.

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Ruth López Martínez, líder comunitaria desde 2009, toma el micrófono durante la manifestación para denunciar el cierre del Comité de la Familia y la desconexión entre los directivos y la comunidad a la que dicen servir.Foto Marcos de Paula

El contrato con el sindicato UAW Local 2320 fue recibido inicialmente como un logro significativo, producto de meses de organización. Sin embargo, para muchos, la celebración fue prematura. Según Marilyn Mendoza, organizadora de justicia educativa en MRNY, los despidos y recortes ya estaban definidos antes de que se firmara el contrato.

“Nos engañaron”, aseguró Mendoza. “En algunas reuniones insinuaron que la unión ya tenía que saber que iba a haber despidos y recortes de horas después del contrato, pero a nosotros nunca se nos dijo nada antes de firmarlo”.

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Marilyn Mendoza, organizadora de justicia educativa en Make the Road NY, ofrece declaraciones durante la manifestación en Corona Plaza. Mendoza denunció la falta de transparencia de la administración y advirtió sobre el impacto que los despidos tendrán en los servicios legales y educativos para la comunidad inmigrante.

Además, Mendoza denunció una grave falta de transparencia por parte de la dirección. Aunque los ejecutivos alegan que las medidas se deben a problemas financieros, la información fue compartida con retraso y bajo estrictos acuerdos de confidencialidad. “Tardaron un mes en compartir datos financieros y lo hicieron solo con quienes firmaron un acuerdo que prohibía difundir esa información al resto del sindicato”, explicó.

Los despidos no solo afectan al personal: también tienen un impacto directo en los servicios que MRNY brinda a la comunidad inmigrante. Mendoza advierte que se han recortado las horas del personal encargado de ofrecer apoyo legal, organizar a los vecinos y dar clases de inglés. Incluso se anunció que la oficina cerrará un día a la semana, reduciendo aún más la atención disponible para quienes dependen de estos servicios esenciales.

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Carteles con frases como “A la familia no se le trata así”, “No a la masacre laboral” y “Justicia para los trabajadores” fueron alzados por manifestantes indignados durante la concentración en Queens.

Uno de los testimonios más conmovedores fue el de Nuria Duque, quien lleva 25 años en la organización. “Ayudar a las personas a solicitar la ciudadanía es más que un trabajo, para mí es una vocación”, expresó con la voz entrecortada. Su jornada laboral fue reducida a la mitad, justo cuando está a solo dos años de jubilarse. “Me siento excluida, devaluada y faltada al respeto por la organización que ayudé a construir”, afirmó ante decenas de asistentes. “Somos miembros de esta comunidad. Merecemos dignidad, reconocimiento y voz en las decisiones que impactan nuestras vidas”.

El contraste entre los recortes al personal esencial y el aumento salarial de $32,000 que, según se reporta, recibieron algunos ejecutivos antes de los despidos ha intensificado el malestar entre los trabajadores. A esto se suma el anuncio de un nuevo centro comunitario de $38 millones en Corona, que ha generado cuestionamientos, especialmente mientras se eliminan programas clave como educación para adultos, servicios legales y organización comunitaria.

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Nuria Duque, trabajadora con 25 años de experiencia en la organización, denuncia la reducción de sus horas laborales a solo dos años de su jubilación. “Me siento excluida, devaluada y faltada al respeto”, dijo ante decenas de asistentes.Foto Marcos de Paula

Para López Martínez, estas decisiones reflejan una desconexión entre la administración y la misión original de MRNY. “Ellos actúan porque son los poderosos, porque son los que están arriba. Son los ejecutivos y los que toman decisiones sin compartir. Como si esta organización fuera de ellos”, señaló. “Tomaron la decisión de cerrar el Comité sin importarles la comunidad, nuestros hijos, ni ustedes los trabajadores”.

En medio del dolor y la rabia, López Martínez aún conserva una chispa de esperanza. “Todavía tengo una pequeña lucecita. Espero que esta lucha que tenemos ahora mismo pueda darse… De pronto, para que tengamos la oportunidad de volver, sobre todo con nuestros niños y con la comunidad”, concluyó.

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Compañeros despedidos y con horas recortadas se abrazan en señal de unidad, recordando su compromiso con la comunidad inmigrante y la lucha por condiciones laborales dignas.Foto Marcos de Paula

Para quienes han sido despedidos, lo ocurrido va mucho más allá de una simple reestructuración institucional. Lo viven como una traición a los principios fundamentales de la organización. “A la familia no se le trata así”, expresó una manifestante con indignación. Otros fueron aún más contundentes en sus palabras: “hipócritas”, “traicioneros”.

Pero la lucha continúa. Y aunque ya no formen parte oficial de la nómina, los trabajadores despedidos aseguran que seguirán defendiendo los valores que en su momento los llevaron a unirse a MRNY. Como lo resumió Nuria Duque: “Sigo creyendo en la misión con la que comenzamos. Y seguiré luchando por ella”.