Presentan libro sobre los 200 años de relaciones diplomáticas entre Perú y Estados

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Foto: Atrevía Perú

Con motivo del bicentenario de las relaciones diplomáticas entre Perú y Estados Unidos, el miércoles 25 de junio, se presentó en el Capitolio, Washington, el libro Bicentenario de las relaciones diplomáticas entre Perú y Estados Unidos: Lazos de unión y sueños compartidos.

La obra, editada por el Fondo Editorial de la USIL, rescata los orígenes y primeros hitos de este vínculo bilateral, fundamental en el desarrollo histórico y contemporáneo de ambas naciones.

Entrevista a Raúl Diez Canseco Terry, Presidente de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL):

Foto: Atrevía Perú

 

Dado el actual clima de tensión internacional por el conflicto en Medio Oriente y la participación de EE. UU. en él, ¿cree usted que existe alguna conexión entre la coyuntura actual y la presentación de este libro?

RDC: Yo creo que sí tiene que ver, porque no podemos dejar de hablar, después de 200 años de relaciones diplomáticas con EE. UU., que arrancan muy poco después de la independencia. Cinco años después, agregados comerciales iniciaron este camino maravilloso, sin dejar de reconocer la actitud vigorosa de EE. UU. frente a la humanidad. Hay que reconocer que, si no fuera por EE. UU. y su presencia en el mundo, en los diferentes conflictos que han existido en todos los ámbitos, la historia de la humanidad habría ido por otro camino. Tengo que agradecer, como peruano y como exvicepresidente del Perú, a este pueblo abnegado, porque con sus propios recursos e inteligencia, una vez más, sacan la cara, no sólo por América Latina, sino también por otros países. Una vez más, el mundo está en alerta y EE. UU. lidera una situación que el mundo tendrá que agradecer alguna vez. No nos olvidemos que, si no fuera por EE. UU., hoy en día sabe Dios cuál sería el destino de la humanidad, con todo el tema atómico que hay en todas partes del mundo, particularmente en el país que hoy día está generando tantos problemas.

 

Las celebraciones por los 200 años de relaciones diplomáticas entre Perú y EE. UU. ya comenzaron, arrancando el 8 de mayo con una exhibición en la Cancillería en Lima. ¿Cuál ha sido la prioridad que ha guiado esta relación?

RDC: Así es. La democracia, la libertad, el respeto, el desarrollo, la investigación, donde EE. UU. siempre ha estado presente con el Perú.

 

¿El libro que presentará en Washington, en el Capitolio, se basa en la información obtenida de los textos y fotos del archivo?

RDC: Es una primera etapa. Esto va desde 1851 y el compromiso nuestro, de la Embajada de Perú en Washington y la Cancillería, es continuar con estos esfuerzos y hacer una segunda y tercera entrega, porque la historia del Perú con EE. UU. es muy dinámica, es viviente. Y le vuelvo a decir nuestra gratitud permanente, porque EE. UU. ha estado siempre presente en los diferentes momentos de desarrollo, de inclemencia de la naturaleza. Cuando había un terremoto o maremoto, los primeros en llegar siempre fueron los americanos. Muy pocos peruanos saben que la obra majestuosa de la Marginal de la Selva, visionariamente desarrollada por el presidente Belaúnde, fue construida por compañías 100% americanas. Y que ha habido momentos espectaculares, como en la época del presidente Kennedy, cuando se crearon los Cuerpos de Paz, donde vinieron al Perú jubilados que dejaron sus empresas y se involucraron con el desarrollo internacional. Vinieron al Perú para ayudar en diferentes campos, o en la época de la pandemia. Yo soy testigo de cómo el gobierno americano estuvo muy interesado en ayudar al Perú, lastimosamente el gobierno de entonces no aceptó ese tipo de colaboraciones, pero sí soy testigo de la cantidad de muestras, de presencia en todos los niveles de EE. UU. en la consolidación del desarrollo peruano.

 

Según la nota de prensa, la idea de este libro, es el resultado de un trabajo de investigación conjunta entre la Universidad San Ignacio de Loyola y la Embajada de Perú en EE. UU., con el apoyo de la Cancillería Peruana, ¿cómo se originó esta iniciativa?

RDC: Esto fue una idea 100% inicial de la Embajada de Perú en Washington, quienes han seguido archivos históricos más interesantes del desarrollo americano y han podido conseguir fotografías de documentos inéditos que antes no teníamos a la mano. Se ha podido hacer esta adaptación de la época de Ramón Castilla. Estamos hablando de mucha historia, de una vinculación profunda de diferentes gobiernos, republicanos y demócratas. Este libro lo único que hace es graficar y demostrarle a la humanidad que el mejor sistema, por más imperfecto que haya podido suceder en el mundo, para desarrollar un país, es la democracia, la alternancia, que es la que ha generado este mundo global, donde ha tenido un hito importantísimo en la historia que me tocó en suerte iniciar.

En el año 2001, cuando fuimos elegidos gobierno, el presidente Toledo enfocó al Perú a la apertura hacia el mundo y es donde inicialmente hablamos de la ampliación del ATPDEA – el acuerdo nacional de los países andinos – para iniciar un camino sin precedentes, que fue el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE. UU., donde republicanos y demócratas ayudaron al Perú, porque este Tratado tuvo que ser confirmado sobre el Congreso americano, en la Cámara Baja y en el Senado, por ambas cámaras; y lo único que ha traído es mucho prestigio, facilidades, miles de puestos de trabajo en el lado americano y, por supuesto, en el lado peruano. Bastaría decir que el primer socio agroexportador del Perú son los EE. UU. -ya en los primeros meses de este año- han recibido más de 3,400 millones de dólares de exportaciones peruanas, donde uno de los productos que resaltan son las uvas, con más de 800 millones de dólares.

Tienes los espárragos y mangos, el cacao. Hay algo que quisiera compartir con ustedes, EE. UU. es un gran actor en trabajar de la mano con el Perú en la sustitución del cultivo de la coca. El milagro que hoy en día hablan los sanmartinenses, que es cómo la zona de Tocache, Uchiza, sale del narcotráfico y comienza a sembrar cacao y café, convirtiendo al Perú en un gran exportador de esos productos. Fue el gobierno de EE. UU. quien invirtió millones de dólares en un proceso de sustitución, de mejoras de las semillas, y hoy en día esas zonas son vigorosas exportadoras de cacao y café. Ha sido una de las grandes contribuciones de EE. UU. en el desarrollo del Perú en la zona selvática que antes, en esa época y en esa zona, era narcotráfico.

¿Supongo que esos tratados están plasmados en este libro?

RDC: Sí, pero es la primera etapa. El libro es hasta 1851. Lo interesante es que el lector, en su momento, donde cualquiera lo puede ver, está colgado en la página web, porque finalmente es un testimonio bíblico de una relación maravillosa con este pueblo americano que convirtió en política de Estado trabajando de la mano con el Perú sin pedir absolutamente nunca nada, es algo muy importante.

La presencia de EE. UU. en el Perú, en sus diferentes obras de solidaridad social, siempre ha sido generosa, sin ninguna condición, obviamente con respeto a la democracia, a los derechos humanos y al medio ambiente. Podríamos decir, como conclusión de 200 años, que los dos países ganaron mucho y que EE. UU. siempre debe pensar que un gran aliado en América Latina es el Perú.

 

¿Cuánto tiempo tomó elaborar este libro y cuántas páginas tiene?

RDC: Yo calculo que más de un año y tiene 400 páginas. Muchas de ellas quedaron en el tintero, porque no podíamos hacer un libro de solución bibliotecaria tan grande. La idea nuestra era imprimirlo en la Universidad San Ignacio de Loyola, acostumbrada a estos desarrollos, y algo que me da mucha alegría, y con humildad lo digo, de ser la única universidad peruana acreditada en EE. UU. San Ignacio University, ubicada en el Doral, en la Florida, Miami, es una universidad que cumple 18 años, camino a los 20, y ha generado una gran facilidad para los latinoamericanos y obviamente los peruanos. En la universidad hay muchos venezolanos que tuvieron que irse con dolor, nicaragüenses, salvadoreños, colombianos, etc. Tenemos el grado americano en diferentes modalidades, presencial y online. Hemos recibido siempre, dentro de las exigencias magníficas que hay, de la educación de calidad en EE. UU., el beneplácito del Ministerio de Educación de la Florida y los procesos de educación más exigentes en EE. UU.

 

¿Qué tiraje tiene la edición del libro, cuántos ejemplares se imprimieron?

RDC: No muchos, porque imagínese, traer 100 ejemplares es pesado. Cada ejemplar pesa como 3 o 4 kilos. Hemos querido hacer una edición inicial que rinda los honores del caso a los congresistas, embajadores de América Latina en Washington. Vamos a hacer una edición también económica, sencilla, pero lo más importante es que lo vamos a poner en la página web para que cualquiera lo pueda bajar. Hablamos de historia, hay que darle las facilidades. Cualquier peruano que se encuentre – más de 1 millón y medio – fuera del Perú, pueda recorrer la historia que ellos mismos escribieron.

 

Sabemos que en el libro hay testimonios de peruanos que viven en EE. UU.

RDC: Hay cinco, de los cuales algunos van a estar hoy en día. Va a estar Gian Marco, Succar, por supuesto Chipoco, que ha desarrollado el tema de la gastronomía exitosamente en la Florida. Es un acontecimiento de gratitud y, como usted lo dijo, estamos viviendo momentos difíciles y este es un profundo homenaje. Hoy en día, nuevamente EE. UU. sacó la cara por la democracia en el mundo.

 

Este libro de testimonio sobre las relaciones diplomáticas entre Perú y EE. UU., ¿también es una muestra de historias de éxitos de peruanos emigrantes?

RDC: Más de 65 personas van a estar incluidas en este libro. La selección fue hecha por la Embajada peruana en Washington con la Cancillería, porque hay muchísimos casos de éxito, pero había que resaltar algunos. Y habría que resaltar uno que está en la foto. A pesar de haber estado en el Vaticano con el Papa, no tuve la oportunidad, pero en la segunda edición me he propuesto llevarle el libro al Santo Padre, decirle: «Tú que escogiste ser peruano, pero naciste en EE. UU.».

Es la demostración más maravillosa de lo que es la fe, porque en las relaciones entre Perú y EE. UU., lo que ha fortalecido en el tiempo es la fe. La comunión de valores de respeto mutuo, porque nadie podrá decirnos a nosotros que EE. UU. – por la ayuda que le dio a América Latina, particularmente al Perú – pidió algo a cambio. La generosidad de la mano extendida. Si algo tenemos que aprender los latinoamericanos hoy, es estar unidos más que nunca por lo que está pasando en el mundo.

¿Cuándo saldrá el siguiente volumen?

RDC: Lo que vamos a involucrar en el próximo libro son los discursos de los congresistas, que son siete u ocho embajadores, que vienen trayendo su afecto y cariño. Yo calculo que un año más, y no se nos pueden escapar los 200 años, que es el próximo año en junio. Creo que el reto que vamos a tener es que en junio – del próximo año – salga el segundo volumen, donde avancemos lo más que podamos, donde hay una historia feliz que contar. También está el Tratado de Libre Comercio entre Perú y EE. UU. (TLC), que es una obra linda de la unidad nacional nuestra. Cuando me tocó venir como Ministro de Comercio – ministerio que creamos nosotros – veníamos con los sindicatos, con los empresarios, con las pymes. Imagínese un país nuestro, que hay protesta para todo, nunca hubo una protesta en contra del TLC porque, desde el inicio, convocamos a todos los actores y entendieron todos que esto era un gana-gana para el Perú, cosa que ha sido en el tiempo. Hoy en día, el segundo socio comercial más importante para el Perú es EE.UU. y el primero en agroexportación, más de 12,000 millones de dólares, y este primer trimestre vamos a aumentar con relación al año anterior un 24 o 25%, donde resaltan las uvas. Antes nosotros importábamos de otro lado y ahora somos grandes exportadores. Mi homenaje a los peruanos que no se amilanaron, que se pusieron a ser competitivos con el mundo y, como somos economías complementarias en lo que exportamos, no tenemos ningún problema de conflictos comerciales con EE. UU., porque aquello que le mandamos es estacionario en la época que ellos no producen porque tienen temperaturas bajo cero, todo el tema de los laminados en cobre, el tema del pescado y el primer combustible que importamos a nuestro Perú es de EE. UU.

 

Hablando sobre la situación migratoria actual en Estados Unidos, ¿cómo describiría usted el panorama de la inmigración que estamos viendo hoy en día?»

RDC: Le entiendo mejor que nunca. El mundo debe recordar que los asesinos de las Torres Gemelas eran alumnos extranjeros metidos en las universidades americanas. Entonces, lo que ha hecho el presidente Trump es decir: «Si vienes a mi país a quemar mi bandera, a protestar, bueno, si no estás de acuerdo, no vengas». De modo que inicialmente lo que no entendíamos ahora sí lo entiendo, porque con la nueva regimentación, lo que quiere el gobierno americano es que si llegas a EE. UU. a estudiar que lo haga, si no estás de acuerdo, no vengas, pero no vengas a solventar un país que te está tendiendo la mano. Cuando suspendieron la F1 afuera todo el mundo… Pero ahora que ya salió la nueva reglamentación es que van a ser más exigentes y cautelosos en ver, dime con quién andas y te diré quién eres. Y la verdad que lo entiendo, porque si estás en EE. UU. tienes que sentir seguridad, no puedes estar a riesgo de que alguien se te cuele por la frontera o donde sea y te ponga bombas aquí y allá. Lo que ha hecho el presidente, hoy entendiendo lo que está pasando, tenía toda la razón.

 

¿Qué diferencia hay entre los migrantes de hace 100 años y los de ahora?

RDC: Bueno, esos eran pioneros. Vamos a decir, hace 50 años… Yo diría que hoy día es mucho más difícil, porque la competencia es de otro nivel. Estos peruanos nuestros, para hablar de los nuestros, si la colonia más grande del Perú está en New Jersey, Paterson para ser más claro, y les ha ido muy bien, porque si hablas con los peruanos están contentos. Ha habido autoridades elegidas por el pueblo en esos municipios y la gastronomía peruana está resaltando en EE. UU. Ayer fui a un restaurante peruano en Washington, repleto, y los platos, el lomo saltado y lo que comí, mis respetos. Hay muchos otros, hay muchos restaurantes en Washington, en Nueva York, en San Francisco, Chicago, donde vas a encontrar los grandes embajadores del Perú, que son nuestros chefs, y les ha ido muy bien, porque además en la universidad creamos una calificación con la Cancillería de la auténtica cocina peruana y estamos tratando es que los platos se cumplan con una receta y no sea distorsionada. Y cada vez hay más restaurantes, el suspiro a la limeña, por hablar un poco de dulces, y la verdad es que muy bonito, porque no hay ciudad en EE. UU. que no te encuentres un restaurante peruano o que tenga platos peruanos. Y no quiero hablar del pisco sour, que fue algo que le pusimos mucho empeño cuando yo fui vicepresidente y ministro. Se convirtió en producto bandera, es fácil de encontrar un pisco sour en un restaurante.

 

Entonces, la frase ‘Lazos compartidos’ como parte del título del libro, tiene mucho que ver con quienes emigramos a este país.

RDC: El peruano que vino, como el Papa, que se nacionalizó, no se olvidó jamás que era peruano y hace una semana el Santo Padre hizo tocar el himno nacional del Perú en el Vaticano y nos hizo llorar a todos porque con eso dijo todo y mostró su corazón. Eso es algo que tenemos que notar porque va a generar el turismo. Porque la gente se va a preguntar, ¿dónde es ese Chiclayo que tanto habla el Santo Padre?. Entonces, el reto que tenemos es convertir al Perú en ese país de paz y prosperidad que bien merecemos los peruanos tener, porque tenemos una serie de riquezas que Dios nos regaló, pero que no vamos a desarrollar si no tenemos una paz duradera en lo político y en lo social.

 

¿Algo más que quisiera agregar?

RDC: Mis saludos y admiración a los peruanos y que no se olviden de algo importantísimo: el día de hoy tenemos un Papa que no nació en el Perú. Este Papa decidió nacionalizarse peruano, decidió que él, no habiendo nacido en Perú, era peruano y se siente orgulloso, siempre que puede. Yo en el Vaticano, enseñé mi bandera y creo que las lágrimas del Santo Padre afloraron, ese orgullo que él tiene deberíamos tenerlos todos, porque nuestro Perú es grande y generoso.

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