La cantautora mexicana Mariangela entrega su alma norteña en “La 17”, una cumbia pop que celebra la amistad, la libertad y la conexión con sus raíces. Inspirada en la emblemática calle 17 de McAllen, Texas —donde creció y vivió momentos decisivos—, la canción transforma el desamor en una noche luminosa entre amigas, al ritmo del acordeón y el pop moderno que caracteriza su estilo.
Originaria de Monterrey, Nuevo León, y con un rico legado jarocho, Mariangela ha pasado gran parte de su vida en Texas, construyendo un sonido que fusiona la cumbia norteña con influencias de pop alternativo, indie pop y R&B. Con referentes que van desde Julieta Venegas y Belanova hasta Billie Eilish y Ariana Grande, la artista crea un estilo auténtico que conecta con las emociones de su público y refleja su identidad fronteriza.

En esta conversación exclusiva con La Entrevista, Mariangela habla sobre el proceso creativo detrás de “La 17”, cómo sus raíces mexicanas y su vida en la frontera influyen en su música, y la nueva etapa introspectiva y madura que inaugura con este lanzamiento. No te pierdas la entrevista completa y descubre la historia detrás de esta canción que ya se ha convertido en un himno para sus fans.
¿Qué te inspiró a escribir “La 17” y por qué es tan especial para ti?
Pues mira, La 17 en sí, literalmente, es una calle en McAllen, Texas, una ciudad fronteriza donde crecí gran parte de mi vida.
Cuando estaba creando este proyecto —que saldrá completo en los próximos meses— estaba pasando por una ruptura amorosa. Siempre tuve la idea de hacer una canción que fuera un homenaje a mis raíces o a los lugares que me vieron crecer. Creo que las cosas suceden en el momento perfecto, y fue ideal poder juntar ese contexto lírico con el universo sonoro de la canción: la cumbia norteña pop. Básicamente, soy yo en una canción.
A veces no necesitamos volver a ver a esa persona; solo necesitamos esos momentos donde el amor se ve distinto. Momentos de sororidad, de compañía, que también son necesarios para sanar. Eso es lo que encapsula La 17 para mí.

¿Cómo lograste combinar la cumbia norteña con tu estilo pop moderno en esta canción?
La verdad, fue algo muy natural. Cuando empecé mi carrera hice una colaboración con una banda de música norteña. Muy pocas personas saben eso, pero quienes han escuchado todo en mi Spotify lo recordarán. No era mi canción, pero desde entonces tenía muchas ganas de crear algo así, porque es la música con la que crecí: rancheras, norteña, Tex-Mex.
Me sale natural porque lo llevo en la sangre. Incluso cuando escribo pop o R&B —que también son parte importante de mi estilo— siempre se asoman las melodías norteñas o rancheras. Ese mundo mexicano me representa totalmente.
Por eso para mí era muy importante mantener una línea clara: la letra y las melodías son pop, pero le pedí al productor que incluyera bajo sexto y acordeón bien marcados, para conservar esa esencia norteña. Así fue como se construyó La 17, una canción que ahora está afuera y que la gente ha recibido con tanto cariño.
Tu música refleja raíces mexicanas y vida en Texas. ¿Cómo influye esa mezcla en tu sonido y estilo?
Siempre he dicho que estoy muy orgullosa de ser de donde soy y de estar donde estoy. A veces existe esa idea de que “no eres ni de aquí ni de allá” para quienes migramos, pero yo me siento 100% mexicana y 100% texana.
Crecí con mucha diversidad sonora y con influencias tanto de Monterrey como de Veracruz —mi papá es jarocho—, así que tengo lo mejor de ambos mundos mexicanos. Eso me ha enseñado mucho sobre el arte y sobre quién soy.
Lejos de dudar de mi identidad, me siento firme en ella. Soy parte de una generación que encontró ese punto medio, que se siente cómoda en los dos mundos. Y eso se refleja no solo en mi música, sino también en mi forma de ser. Cuando hablo con otros artistas o en el estudio, llevo conmigo mis valores, mi cultura y mi ética, que vienen tanto de México como de esa vida fronteriza en la que crecí.

Has mencionado influencias de artistas como Julieta Venegas y Billie Eilish. ¿Qué aprendiste de ellas para crear tu propio estilo?
Julieta Venegas es, sin duda, un referente enorme para todas las compositoras mexicanas. Además de ser una gran artista, empezó haciendo rock y después transitó hacia un pop mezclado con folk. Desde que escuché su discografía, me inspiró a no crear con límites, ni mentales ni emocionales.
Me enseñó que, aunque esté componiendo una cumbia norteña, puedo incorporar otros elementos; no tiene que sonar estrictamente a un solo género. Julieta nos inspiró a millones de compositoras mexicanas a atrevernos a fusionar. Es, para mí, la reina de la música y la composición.
Y Billie Eilish, Ariana Grande y otras popstars internacionales también me inspiran muchísimo. Todas tienen algo en común: son auténticas. Escuchas a Billie y no suena como nadie más. Eso me motiva a tener claro que quiero ser una artista con un sonido único, aunque al principio la gente tarde en entenderlo. Muchas veces quieren meterte en una cajita de “cómo deberías sonar”, pero ellas me inspiran a mantener mi autenticidad y mostrarme tal como soy a través de mis canciones.
¿Sientes que “La 17” marca el inicio de una nueva etapa en tu carrera?
Definitivamente sí. La 17 es mi manera de decirle al mundo que estoy lista para comenzar una nueva etapa, representando a mi país y mis raíces. Hoy siento que el público busca algo más que canciones virales; quiere conectar con el artista, con su historia. Eso me motiva a seguir adelante con más firmeza y seguridad.

¿Qué sigue para ti después de “La 17”? ¿Habrá un nuevo álbum o proyecto que continúe esta historia?
Sí, voy a tener mi primer show propio, que estaré anunciando muy pronto. He tenido la oportunidad de ser telonera de artistas que admiro muchísimo como Carla Morrison, Jesse & Joy y Kany García, en escenarios grandes, pero nunca había tenido un show mío.
Será un momento muy especial, icónico para mi carrera. Espero que sea el primero de muchos. Después de que salga el álbum completo, quiero girarlo, poder cantarle mis canciones a la gente en vivo, conocer a los fans que me han apoyado desde el inicio y por fin abrazarlos, reír, llorar, bailar y celebrar juntos.


















