Un juez federal de Nueva York dictaminó como «ilegal» la decisión de la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, de anular la extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS), lo que supone una barrera para la Casa Blanca, que puso fin al amparo migratorio la semana pasada.
Noem modificó en febrero pasado la extensión de 18 meses para el TPS que favorece a más de medio millón de haitianos otorgada por la Administración de Joe Biden (2021-2025), que culminaba el 3 febrero de 2026.
La secretaria redujo el beneficio a doce meses e impuso como fecha de vencimiento el 3 de agosto de 2025, lo que le permitió anunciar el fin de la protección el viernes pasado.
Pero este martes el juez Brian Cogan dijo en su fallo que Noem “no tiene autoridad legal” para “anular parcialmente” la designación de TPS de un país.
El juez indicó que decenas de miles de haitianos han llegado a depender del TPS, que les otorga permiso de trabajo y los protege de la deportación, por lo que retirar el beneficio antes de esa fecha (febrero de 2026) “representa un perjuicio significativo” que el tribunal tiene la facultad de corregir.
El fallo de Cogan, designado por el expresidente George W. Bush (2001-2009) para el distrito de Nueva York, regresa la esperanza para miles de inmigrantes haitianos protegidos por el amparo migratorio, que el viernes pasado recibieron un duro golpe cuando Noem anunció su final.
El Ejecutivo había dado un plazo a los beneficiados hasta el 2 de septiembre para aplicar a otro beneficio migratorio o autodeportarse.
La decisión en la demanda presentada por nueve haitianos afectados favorecería a otros inmigrantes de ese país protegidos por el TPS, según dijo el juez Cogan citando su facultad de detener las acciones de las agencias bajo la Ley de Procedimiento Administrativo.
La interpretación llega después de que la Corte Suprema se pronunciara la semana pasada en contra de los mandatos judiciales universales que protegen con su fallo a otros afectados más allá de los demandantes originales.
En el caso de Haití, cerca de 521.000 ciudadanos de ese país estaban protegidos por el amparo, después de que el Gobierno Biden ampliara en julio de 2024 el beneficio hasta 2026.
El TPS es un amparo que se otorga a los ciudadanos de un determinado país que han migrado a Estados Unidos por un desastre natural o un conflicto armado, y les permite vivir y trabajar en el país hasta la fecha que el Gobierno estadounidense considere que pueden regresar de manera segura.
Haití ha sido designado para el TPS varias veces debido a diversas crisis, incluido el devastador terremoto de 2010 y la inestabilidad actual.
Temor a perderlo todo
Recientemente, cuando se produjo la suspensión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para Haití, anunciado por la Administración Trump, varios de los afectados haitianos que viven y trabajan en EE.UU. expresaron su temor a perderlo todo lo conseguido en años de trabajo y sacrificio.
«Hoy, millones de vidas, sueños y sacrificios de quienes simplemente buscan una vida mejor se ven destrozados por el racismo que se ha arraigado, en lugar de la humanidad», dijo una de las beneficiarias del programa, bajo condición de anonimato en un comunicado de la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC), el estado con mayor concentración de inmigrantes de esa comunidad.
«Esta decisión significa que no solo perderé la protección legal que me brinda el TPS, sino también mi sustento y el sentido de pertenencia que mi madre y yo trabajamos tanto para construir en este país. Aunque ya no esté con nosotros, todo por lo que luchamos será arrebatado», agregó.
Otro afectado por la suspensión del programa humanitario, que tampoco quiso revelar su identidad, advirtió que la orden del Gobierno estadounidense desestabilizaría más de medio millón de vidas que tienen un importante impacto en la sociedad estadounidense.
«Estas son las manos que los curan, los alimentan, educan a sus hijos y sirven a sus comunidades. Revocar el TPS haitiano no es una política, es un sabotaje humano y económico. No se puede llamar a las personas esenciales cuando les beneficia y luego desecharlas cuando no», sostuvo.
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