Treinta años de resistencia musical no se cumplen todos los días. Panteón Rococó, la banda de ska fusión más importante de México, llega a este 2025 con una historia marcada por la independencia, la democracia interna y la fidelidad a su esencia. Nacidos en 1995 en la Ciudad de México bajo el grito de “paz, baile y resistencia”, los nueve músicos han recorrido un camino que los llevó de ensayar en recámaras improvisadas a llenar estadios y conquistar escenarios internacionales.
Su trayectoria está escrita en letras de oro dentro de la música latinoamericana: cuatro veces llenaron el Foro Sol en su 25 aniversario, un logro que muy pocos artistas nacionales o internacionales han alcanzado. Además, han llevado su música a Europa, Estados Unidos y Sudamérica, con un éxito particularmente fuerte en Alemania, donde sus giras son esperadas con devoción. Lo han hecho siempre con independencia, sin perder el control de su carrera y conservando un sólido compromiso social y político que se refleja en sus letras y en la energía de cada presentación.

Este año, Panteón Rococó celebra tres décadas de carrera con un nuevo álbum inédito, Sonoro, lanzado el 25 de septiembre, y con una gira nacional e internacional que se extenderá hasta 2026. El festejo no solo es un repaso de sus himnos generacionales como “La Dosis Perfecta” o “La Carencia”, sino también un recordatorio de que la banda sigue viva, creativa y dispuesta a seguir escribiendo el soundtrack de la vida de miles de seguidores.
En entrevista exclusiva, conversamos con Don Gorri, guitarrista de la banda, quien compartió sus reflexiones sobre este aniversario y lo que significa seguir en los escenarios después de 30 años.
Este 2025 cumplen 30 años de carrera. ¿Qué significa para ustedes llegar a tres décadas de música independiente y cómo han cambiado como banda en todo este tiempo?
Híjole, hablar de treinta años es algo fuerte, y la verdad es que no siempre lo hemos visto así. Creo que eso responde a que, si bien sufrimos al inicio, también nos vimos crecer y desarrollarnos como seres humanos, acompañándonos mutuamente en todos estos procesos.
Hemos pasado por tantas cosas que parece que fue ayer cuando nos juntábamos en la recámara de alguno de los integrantes, levantábamos la cama para poner la batería y todos ensayábamos por el gusto de reunirnos, porque habíamos aprendido un nuevo acorde o progresión, y se la enseñabas a los compañeros.
Ese tipo de cosas hacen que sintamos que todo esto fue realmente ayer. Vivimos todo de manera tan intensa que no nos permitíamos mirar hacia atrás; siempre íbamos hacia adelante. Y cuando trabajas así, tres años después volteas y te das cuenta de todo lo que has recorrido, a veces sin haberlo notado.

Mirando atrás, ¿cuál consideran que ha sido el momento más desafiante de estos 30 años y cómo lo superaron?
Creo que uno de los momentos más desafiantes es cuando te replanteas: “¿qué sigue?” La salida de uno de nuestros integrantes fue un golpe importante, pero también nos ayudó a reafirmar nuestro compromiso como banda y como personas. Nos dimos cuenta de que, aunque aún no sabemos si será lo que haremos el resto de nuestras vidas, queremos seguir con este proyecto llamado Panteón Rococó.
Nos hizo reflexionar y decir: “los demás seguimos, tenemos las mismas ganas, seguimos comprometidos”. Es bueno, como banda, aceptar estos momentos y reafirmar nuestra identidad.
¿Tienen alguna anécdota que destaque la relación con sus fans en México o en el extranjero?
Sí, hay fans increíbles que nos han seguido por todo el mundo. Por ejemplo, tenemos a alguien que vive en Estados Unidos, de origen mexicano, que ha viajado a Europa y a México solo para vernos. Y la fan que nos ha visto en más países es austríaca: una maestra jubilada que nos ha seguido desde Colombia hasta Budapest, Alemania y Austria, y también en México, Argentina y otros lugares.
Es impresionante el kilometraje que ha recorrido con nosotros. Ella dice: “Panteón es mi vida”, y hasta aprendió español por nosotros. Llegó a enseñar nuestra música en su escuela, usando nuestras canciones como herramienta educativa. Esto nos demuestra que la música rompe fronteras y conecta vidas.
Su nuevo álbum Sonoro salió el 25 de septiembre. ¿Qué nos pueden contar sobre el concepto y la energía de este disco?
Este disco es un material inédito después de seis años. Antes habíamos sacado canciones originales, pero principalmente versiones de otros artistas, como en Ofrenda. Sentíamos la necesidad de crear temas propios, canciones que quizás mañana sean los nuevos himnos. Nos dimos el gusto de hacerlo como quisimos, de manera independiente, con los productores que elegimos. Fue un proceso intenso porque estábamos de gira, viajando, pero logramos un disco que refleja nuestra visión y energía actual.

Los sencillos “Parison” y “Cha-Cha Love” incluyen colaboraciones con artistas como Carín León y Sabino. ¿Cómo surgieron estas alianzas y qué aportaron al sonido de Panteón Rococó?
Estas canciones se concibieron para ser colaboraciones. Queríamos invitar a artistas con los que hemos tenido conexión y que admiramos. Por ejemplo, Carín León nos contactó después de un festival para invitarnos a tocar “La Carencia” con él. Fue un encuentro natural y enriquecedor. Las colaboraciones aportan frescura, nuevas voces y estilos que se integran a nuestro sonido sin perder la esencia de Panteón Rococó.
Si tuvieran que describir en una frase el legado que quieren dejar después de 30 años de carrera, ¿cuál sería?
El soundtrack de tu vida.
¿Algún plan de visitar el área de Nueva York?
Sí, estamos planeando una gira por Estados Unidos en 2026. Nueva York siempre ha sido una plaza muy importante para nosotros, y queremos celebrarlo allá, además de recorrer otras ciudades y venues del país.