Por: Dra. Nicole Brady
Directora médica, Recursos estudiantiles de UnitedHealthcare
A medida que el verano se termina y comienza el año escolar, muchos padres están ayudando a sus hijos a prepararse para importantes transiciones de vida. Algunos van a ir a la universidad, mientras que otros están empezando a trabajar, tomando años de descanso o navegando la incertidumbre que a menudo sigue la graduación de la escuela secundaria.
No importa en qué camino esté su hijo. Lo cierto es que esta etapa de la vida está llena de cambios físicos y emocionales, y es importante priorizar la salud mental.
La adultez joven es un período vital
El final de la adolescencia y principios de los veinte son etapas de mucho desarrollo neurológico y emocional. Según la National Alliance of Mental Illness (NAMI), el 75% de todas las enfermedades mentales de por vida comienzan antes de los 24 años. Por eso la edad adulta temprana puede ser un momento crítico tanto para los desafíos como para las oportunidades de apoyo.
Los problemas de salud mental entre los jóvenes pueden ser más comunes de lo que muchos creen. Los datos recientes del reporte de salud conductual de los estudiantes universitarios de UnitedHealthcare demuestran que el 60% de los estudiantes universitarios reportan experimentar problemas de salud mental o conductual, incluyendo ansiedad, depresión, trastornos alimenticios e ideación o intención suicida.
El informe también demuestra que, aunque el 20% de los estudiantes universitarios dijeron que su salud mental había declinado desde la escuela secundaria, solo alrededor del 10% de los padres informaron haberlo notado. Esta desconexión subraya la importancia de la comunicación y la concienciación, ya que muchos padres pueden no ser conscientes de la magnitud de los problemas de salud mental de sus hijos y cómo pueden evolucionar con el tiempo.
El apoyo de los padres es importante, incluso cuando los roles cambian
Es normal que los adultos jóvenes busquen la independencia, pero eso no significa que dejen de necesitar apoyo. Los estudios demuestran que el apoyo de los padres, caracterizado por la calidez, la comunicación abierta y los límites claros, es un factor protector vital contra los problemas de salud mental en adolescentes y adultos jóvenes.
Además, datos de UnitedHealthcare también demuestran que los estudiantes y graduados universitarios que tuvieron conversaciones más frecuentes con sus padres sobre su salud mental reportaron tasas más altas de resultados positivos, sintiéndose apoyados, escuchados y comprendidos y con una relación con sus padres más fortalecida.
Tres maneras de apoyar durante la transición de regreso a clases
Si bien su papel diario en la vida de sus hijos puede haber cambiado con el tiempo, su apoyo sigue siendo esencial. Puede ser una presencia constante y reconfortante, y un recordatorio de que no tienen que navegar la edad adulta solos.
1. Inicie conversaciones sobre la salud mental:
Comience conversaciones informales y abiertas sobre lo que siente su hijo, no solo lo que está haciendo. El objetivo no siempre es resolver problemas, sino señalar que chequear regularmente sus emociones es importante y aceptable. Si no está seguro por dónde empezar, intente hacer preguntas como:
¿Qué has estado pensando últimamente?
¿Qué es algo que te emociona o te pone nervioso?
¿Cómo estás, en realidad?
2. Normalice buscar ayuda de un profesional:
Ya sea que su hijo esté lidiando con un problema o no, introduzca la idea de que el apoyo siempre puede estar disponible y ser válido. Hable sobre opciones como centros de asesoramiento en el campus, plataformas de teleterapia o proveedores locales.
Si su hijo tiene un plan de seguro familiar o un plan para estudiantes, comparta información sobre cómo puede aprender acerca de sus beneficios, encontrar un proveedor y buscar ayuda. Considerar la atención de salud mental como una rutina, no un último recurso, puede ayudar a reducir el estigma y cultivar más comunicación abierta si se necesita más adelante.
3. Siga estando presente para su hijo:
La adultez joven, especialmente la etapa universitaria, puede sentirse abrumadora. Su presencia persistente – a través de textos, llamadas cortas o momentos presenciales – puede ofrecer un poderoso recordatorio de que su hijo no está solo. Si nota cambios en el estado de ánimo, comportamiento, sueño o hábitos sociales, no dude en chequear como está.
Si su hijo empieza la universidad o un nuevo trabajo o se prepara para lo que viene después, la transición más allá de la escuela secundaria es significativa. Como padre o cuidador, usted está en una posición única para ayudar. Al priorizar la salud mental y ofrecer apoyo constante y compasivo, puede ayudar a su hijo a seguir adelante con confianza y cuidado.
Para más información sobre la salud y el bienestar de los estudiantes, visite los recursos estudiantiles de UnitedHealthcare.
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