Decenas de miles de neoyorquinos tomaron las calles de Manhattan el pasado sábado lluvioso para participar en la marcha del “Día Sin Reyes” contra el presidente Trump y el mandato cada vez más autocrático de su administración.
La multitud de manifestantes avanzó por la Quinta Avenida rumbo a Bryant Park, donde numerosos oradores se dirigieron al enorme público. La concentración se desarrolló de manera mayormente pacífica, un día después de que el alcalde Eric Adams y autoridades del NYPD advirtieran que no se tolerarían actos de violencia.
La marcha del “Día Sin Reyes” en la ciudad de Nueva York coincidió con miles de otras manifestaciones en todo Estados Unidos, mientras Trump celebraba su cumpleaños número 79 y el 250 aniversario del Ejército con un desfile militar en Washington, DC. Esto ocurre en un momento en que el régimen de Trump ha intensificado los esfuerzos de deportación contra inmigrantes indocumentados y tras su decisión de desplegar a la Guardia Nacional de California para reprimir protestas en Los Ángeles —una medida que muchos consideran un abuso del poder federal.
“Existe algo llamado Constitución de los Estados Unidos que consagra todos nuestros derechos, sin importar el estatus migratorio, y vamos a seguir luchando por defender la ley”, declaró Murad Awawdeh, presidente y director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York. “Vamos a luchar para garantizar que todos tengamos derechos, porque si algunos no los tienen, entonces ninguno los tiene”.
Donna Lieberman, directora ejecutiva de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, aseguró que quienes se oponen a las acciones de Trump no “serán intimidados al silencio”.
“No nos quedaremos de brazos cruzados mientras él demoniza a los inmigrantes, separa familias y trastorna nuestros vecindarios”, dijo Lieberman. “No permitiremos que utilice su cruel cruzada de deportaciones como excusa para desplegar la Guardia Nacional y convertir nuestras ciudades en territorios ocupados”.
“Hoy demuestra que nosotros, el pueblo, tenemos el poder”, añadió Lieberman. “Nosotros, el pueblo, seguiremos unidos y alzando la voz el tiempo que sea necesario. No nos arrodillaremos ante un aspirante a rey. Doblaremos el arco de la historia hacia la justicia”.
Organizadores nacionales señalaron que el movimiento “Día Sin Reyes” es una “jornada nacional de desafío… para rechazar el autoritarismo y mostrarle al mundo cómo se ve verdaderamente la democracia”.
Las marchas continuaron a pesar de la noticia del sábado de que dos legisladores estatales demócratas de Minnesota fueron baleados —uno de ellos fatalmente— en lo que el gobernador Tim Walz describió como un “asesinato político selectivo”.
