A los dieciséis años, Abi Difabio dejó Venezuela para perseguir su sueño y profesionalizar su carrera en Estados Unidos. Hoy, la joven artista regresa al pop latino con su nuevo sencillo, Llaverito, un tema que fusiona ritmos de merengue con melodías pop y refleja la sensibilidad y autenticidad que la han definido desde sus comienzos. Aunque su música ha evolucionado, Abi mantiene viva la esencia venezolana que la impulsa y le da sabor a cada acorde.

Llaverito es más que una canción; es un vistazo al corazón de Abi, donde la ilusión y la vulnerabilidad del amor se mezclan con su talento y pasión. Este lanzamiento marca el tercer adelanto de su esperado álbum debut, previsto para 2026, y consolida a Abi como una de las voces nuevas más prometedoras del pop latino. Descubre en nuestra entrevista completa cómo esta joven artista combina sus raíces con su visión moderna del pop y qué más nos tiene preparado.
“Llaverito” introduce un sonido fresco dentro del pop latino. ¿Qué fue lo primero que te inspiró a explorar esta fusión entre pop y ritmos caribeños?
Creo que, para mí, como he cambiado tanto de géneros a lo largo de mi trayectoria, a la hora de componer me resulta muy fácil simplemente sentir lo que estoy haciendo y experimentar con distintos ritmos. O sea, me resulta natural cambiar y mezclar géneros. Entonces, cuando estaba trabajando en Llaverito, apenas escuché el coro, dije: “Acá tenemos que poner merengue”. Fue en ese momento cuando tomamos la decisión de fusionar el merengue con el pop que ya teníamos.
Dices que la canción nació de un momento muy real. ¿Qué estabas viviendo emocionalmente cuando surgió la idea de “Llaverito”?
En ese momento me había enamorado por primera vez después de unos cinco años aproximadamente. Tenía mucho tiempo sin sentir esas mariposas, esa locura que provoca ese sentimiento. Estaba pasando por muchas cosas; no sabía si realmente me estaba enamorando o si simplemente me gustaba mucho alguien, porque hay una diferencia importante ahí. Entonces decidí tratar de entender lo que estaba sintiendo y empecé a componer. De ahí nació Llaverito.


El tema habla de esa mezcla de ilusión y vulnerabilidad al inicio de una relación. ¿Cómo transformas emociones tan íntimas en canciones sin perder autenticidad?
Creo que tiene mucho que ver con que, desde pequeña, la música ha sido como un diario para mí. Era algo que hacía con absolutamente todo: si tenía que aprenderme una clase o una materia, creaba una canción para memorizarla. Para mí fue muy fácil ser vulnerable con lo que vivo y siento en mi música. Eso lo hago en todas las canciones; no intento evadir un sentimiento o una historia, sino entenderme a través de lo que escribo y canto.
Este es tu tercer lanzamiento rumbo a tu álbum debut de 2026. ¿Qué dirección creativa estás definiendo con este proyecto y cómo se conecta “Llaverito” con ese universo?
No puedo revelar todavía el nombre del álbum, pero todo el concepto surge a partir de Cielo, que fue el primer single que lancé y que forma parte del álbum. Todas las canciones que voy a sacar están conectadas, ya sea por la letra, el sonido o el significado de Cielo. Además, produzco casi todas mis canciones, así que mi esencia está bastante marcada en cada tema.
Tu música ha tenido tracción en plataformas como YouTube Music, entrando en listas editoriales y alcanzando millones de vistas. ¿Cómo te ha impactado ese crecimiento en tu proceso artístico?
Para mí siempre va a ser emocionante y sorprendente. Vengo de una ciudad muy pequeña en Venezuela y nunca tuve esta exposición ni introducción a la industria musical hasta que llegué a Estados Unidos. Es increíble ver cómo canciones que hago en mi home studio en Venezuela ahora llegan a personas de todo el mundo, que las escuchan, hacen videos con ellas… todo eso siempre me impacta. Es algo realmente bonito.

Emigraste muy joven de Venezuela a Estados Unidos para profesionalizar tu carrera. ¿De qué manera esa experiencia marcó tu identidad artística?
Ha sido un cambio enorme. Venía de un lugar donde la música se vive de manera cruda, sin conocimiento del negocio musical. Eso me permitió conectarme 100% con la música. Pero llegar a Estados Unidos, presentarme ante la industria y aprender sobre el medio, ha sido impresionante. Han sido cinco años de formación y trabajo constante, y definitivamente ha transformado tanto mi carrera como mi vida personal. Me mudé a Orlando en 2017, y todo está súper conectado.
En este nuevo capítulo musical, ¿qué parte de tu identidad venezolana quisiste mantener presente en “Llaverito”?
Creo que esa vibra latina es fundamental. Cuando empecé, hacía música electrónica porque mis productores trabajaban más ese estilo, y me tomó un tiempo encontrar el sonido que desde pequeña había buscado. En 2023 finalmente encontré mi sonido y desde entonces mantengo la misma esencia: hago pop, pero con fusiones de otros géneros. Para mí, lo más importante es que se sienta la conexión con lo latino, de donde vengo, y también con algunas influencias italianas, porque mi familia es de Italia y Venezuela.
¿Qué puede esperar tu audiencia del álbum debut que llegará en 2026? ¿Habrá más exploraciones rítmicas o colaboraciones que te emocionen?
Estoy muy emocionada. Algunos temas ya están listos y otros siguen en proceso. Este proyecto lleva aproximadamente dos años de trabajo, y tiene todo el amor, dedicación y esfuerzo que le hemos puesto. Es un universo musical que estamos armando, y espero que la audiencia sienta todo ese cariño y energía que le hemos puesto.





















